Una larga enfermedad llamada Cáncer

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  • Presentar el cáncer como “una larga enfermedad” es un eufemismo que se utiliza casi siempre para decir que alguien ha muerto de cáncer. Da miedo la palabra, sí, pero ese es su nombre y decirlo ayuda al paciente a identificarlo correctamente y al entorno del paciente a reubicarse en un contexto que ya no va a ser el mismo. Otro término empleado es el de "ganar la batalla". Siempre que escucho esta frase pienso en el esfuerzo que conlleva, y que quizás la persona enferma o recién diagnosticada es incapaz de hacerlo. Sin embargo, “tiene que luchar para ganar”. ¿Qué pasa entonces con las personas que no ganan esa batalla?... ¿Son unos perdedores? El cáncer no es una batalla, es una enfermedad que puede ser larga o corta dependiendo de muchas variables. La buena noticia es que tiene cura en porcentajes cada vez más elevados y que cada vez existe más información al respecto. ¿Porqué no hablar entonces únicamente en términos de enfermedad y curación?... ¿No es mejor quitar el carácter heroico que aportan los términos “batalla”, “lucha” o “victoria” en un momento tan frágil desde el punto de vista humano?... Importa mucho cómo se nombra la realidad, de alguna manera también somos lo que nombramos y cómo lo hacemos. Por eso me ha parecido muy valioso el ejemplo de  Concha García Campoy anunciando claramente que sufre leucemia y que tiene todo el ánimo para curarse. Ojalá que se ponga bien y que vuelva a nombrarnos la realidad cada mañana desde el ejercicio de su profesión, donde la palabra tiene tantísimo valor.   Porsi te apetecen unas notas exquisitas antes del click de cierre

    5 responses to “Una larga enfermedad llamada Cáncer

    1. La realidad es que nadie es un héroe por padecer una enfermedad, ni ésta ni cualquier otra, que se curan y no gentes de distintos pensares, después de cuatro años largos de ser su prisionero sigo recordando el momento de leer al revés lo que escribía el especialista que la diagnosticó, miedo, desconcierto, confusión… un cúmulo de pensamientos me estrujaban y me atarantaban, pero ninguno me convertía en valeroso adalid, en héroe luchador… sólo en una persona que procura que la normalidad del día a día aleje la anormalidad de una enfermedad cobarde y traicionera… (como muchas otras…) @ESTUPEFACTEAME

    2. Creo que las palabras con las que etiquetamos a la realidad nunca terminan de representarla por completo, sobre todo por la propia limitación humana a la hora de comprender la complejidad de lo que está ocurriendo a su alrededor.

      Pero sea como sea, creo que el problema que abordas no tiene su raíz en que "etiqueta" utilizamos para referirnos a las experiencias dolorosas que podamos sufrir ya sea una enfermedad como el cáncer, o cualquier otro tipo de enfermedad, injusticia o sufrimientos en general.
      Existen personas más limitadas que otras a la hora de expresarse y ¿A caso las palabras elegidas para abordar un tema, cambian lo que ocurre o lo que sienten cada uno de los implicados?
      ¿A caso no es mucho más valioso o perjudicial el sentimiento o la realidad que estas "etiquetas" representan?

      Un eufemismos como "héroe" no tiene por qué ser dañino si realmente expresa una admiración, pero en muchas ocasiones estas palabras lo que ocultan es un exceso de condescendencia.

      ¿Nunca os habéis preguntado porque la compasión no es igualmente bien recibida según de quien provenga?
      En mi caso os puedo asegurar el profundo asco que he sentido hacia personas que han intentado mostrar su dolor ante mi convalecencia, mientras que otros te aconsejan con cuatro chorradas que puedes comer para que te encuentres mejor… en fin… ¿Que pueden saber todos ellos de lo que estoy pasando?, ¿como puede ninguno pretender comprender que siento y encima solucionarlo con un par de consejos como si esto fuera una tontería?. En cambio otras personas entre ellas por poner un ejemplo, mi madre, también me mostró su compasión, también me mostró su pena e intentó hacerme sentir mejor con cuatro torpes consejos, pero con ella no sentí el más mínimo rechazo y sí me llegó al corazón pues, a pesar del mal carácter que la enfermedad me había engendrado, seguía sabiendo diferenciar cuando las palabras son honestas, y ciertamente ella en algunas ocasiones permanecía mas dolida que yo mismo.

      Pues señoras y señores, no son las palabras las que confunden, si no el uso de las mismas frases por personas con distintos sentimientos que expresar.

      Es más, yo diría que si tenemos que poner una regla a la hora de abordar un tema de este tipo, mejor que una lista de palabras a evitar (ya sean eufemismos o su nombre real) lo mejor es ser honesto con uno mismo a la hora de expresarse, y si no te gusta lo que tienes que expresar no lo suavices o disfraces o mientas. Limítate a callar.

    3. Gracias por la entrada, pensaba que era el único que no soportaba cuando hablan de ganadores, perdedores y batallas sobre esta enfermedad. Mi madre "luchó" como nadie, pero esta enfermedad es devastadora, sobre todo en la afección que ella tenía. ¿Perdió?, y ¿quién ganó?.. me repatea esta forma de hablar… muchas gracias.

    4. "Se ha quemado un pino pero no el bosque" así me consoló el médico que anunciaba mi "no cáncer" de utero. No lo llamaron cáncer sino un estadio previo a el; es decir, la primera fase que me costó tres operaciones en un mes y perder el utero en edad fértil. Completamente de acuerdo con tu post y con el comentario anterior al mío

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