Buscando nuevas cestas
donde poner mis huevos, quiero decir, contemplando otras opciones de
diversificar mis intereses como probable emigrante, he descubierto “La Calzada
del Gigante”, un lugar que ya es fondo de mi paisaje personal por su forma y
contenido. Es un área ubicada en la costa nororiental de Irlanda, con más de
40.000 columnas hexagonales de basalto fruto de un proceso geológico ocurrido
hace unos 60 millones de años y que fue originado por un enfriamiento rápido de
la lava en un cráter o caldera volcánica al cesar su actividad eruptiva. Hasta
aquí la versión oficial. Vayamos a la leyenda, que es donde estará la verdad.
Se cuenta que había un gigante en Irlanda llamado Finn y otro gigante en
Escocia conocido como Bennandoner que no paraban de discutir y de arrojarse
rocas todo el rato. Se lanzaron tantas piedras que se podía cruzar de un país
a otro por mar. Hasta que, un día, el gigante escocés se harto de tanta pedrada
y decidió acabar con el irlandés. Y se fue a por él. Y lo que pasa con los
gigantes, que se les ve venir... La mujer del irlandés lo vio llegar todo
enfuruñado y disfrazó a su marido de bebé, cuando Bennandoner llegó a Irlanda y
vio al descomunal retoño en la orilla se llevó un susto del doce pues pensó que,
si el hijo era así, el padre debería de ser del tamaño de toda Escocia. Y se volvió por donde había venido,
pisando las rocas con tanta fuerza al andar que se hundieron para siempre y ya
no se pudo volver a cruzar.
Cada vez que comparece
Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno me pasa lo mismo que al gigante
escocés: me entran ganas de salir corriendo despavorida. No porque me lo
imagine en pañales agitando brazos y piernas en una orilla de playa, llorando
con desesperación porque no le dan el chupe...
Es porque tengo la absoluta certeza de que cualquier cosa que salga por su boca
no será nada comparado con la magnitud de la situación que atravesamos. Eso es
lo aterrador: lo que imagino al escuchar a Rajoy. Siento miedo y ganas de
escapar de ese insultante estado eufemístico del Gobierno, de su cansino afán
por disfrazarnos la realidad, de la perversión diaria de decir blanco cuando estamos
viendo negro, del permanente mal-trato a mis entendederas ciudadanas... Me subleva
que me hablen como si no tuviese capacidad de comprensión, análisis y
asimilación de las cosas que suceden. Y me está costando gestionar cada vez más
esta amarga indefensión que siento frente a quienes NO están resolviendo los graves
problemas que NO hemos causado los ciudadanos. De verdad... ¡Qué ganas de salir
corriendo y hundir a mi paso el ya maltrecho puente que hay entre el Gobierno y
la ciudadanía!
Hola Fani, creo que se tendría que cambiar todo el sistema político para que sirva a los ciudadanos y no intereses económicos. Me gustado tu metáfora.
Un abrazo
Gracias, Jorge. Hay mucho que cambiar, sí…. Igual no saben por dónde empezar ;-))
Buen día Fani
Una buena joya de leyenda e Eire un país fascinante. Tengo la misma percepción, pero me resisto a creer que estemos tan mal. He leído y escuchado mucho de la Crisis, ¿acaso no es una trama muy bien urdida por esos Mercados? Primero dan alas a tus sueños con prestamos a interes irrisorio a 3 decadas y te hacen creer que eres rico, segundo el dinero virtual ya no es dinero real y colapsan el sistema financiero, tercero Estado salva al Sistema finaciero endeudando a sus ciudadanos, cuarto Sistema Financiero retroalimentado por los Estados obliga a pagar los intereses con recortes sociales,etc. El Gran Capital, esa elite, deplora el estado social y las clases medias, vestido de ese neoliberalismo caduco, quiere quitarnos lo más importante: Independencia personal que nos hace libres. Yo no me voy a contagiar con el desanimo y ¡¡¡¡a por ellos!!!
Gracias por tu comentario, Juan María… Coincido contigo en el "no-contagio". Saludos 🙂
Después de un rato pensando para dejarte un comentario a tu exacta visión del que sucede, lo resumo así. Quiero que Andorra nos invada y nos dejemos.
Gracias Fani! Visiones como la tuya mantienen despiertos a algunos, espero 😉
Jajaja, Jordi, que nos invada, que nos invada…. Mientras no nos rescaten :-)))) Besets.
yo me sumo a los tres compañeros lectores que me preceden, pero me quedo con el final de juanmaría: nada de contagiarse con el desánimo y ¡¡¡¡a por ellos!!! (con tanto signo de interrogación no sé si lo he copiao como toca).
gracias por tus post, grande, que cada día lo eres más.
saludos y ánimos transoceánicos para todos los que estáis por allí, aguantando al finn(o) de rajoy.
r.
Gracias, "r"…. Por tus ánimos transoceánicos, que nos llegan… ;-))