Desde el punto de
vista narrativo, el drama de Gallardón es, en estricto sentido teatral, y en
dos palabras lo digo: fas-cinante. Durante mucho tiempo hemos pensado que era
un político de derechas con alma de izquierdas o, porqué no, un político guay. El caso es que ha debutado a nivel
ministerial con un nuevo “yo” del que aún no nos hemos recuperado y que promete
muchas tardes de indignación y gloria (lo que indigna en un sitio se glorifica
en el otro, y así…). Que tú dices: lo medican según entra al Ministerio y ejerce
el poder desde el efecto secundario, o ha contraído en tiempo record el mal del
político en el poder, más conocido como SARMI (Síndrome de Alejamiento de la
Realidad más Inmediata), y/o es una combinación de ambos factores con iguales
resultados negativos para con las libertades. Hay otra opción que se ha
comentado mucho en twitter estos días y que podría explicar el giro copernicano
que se ha metido Alberto Ruíz Gallardón entre pecho y espalda: las cejas no le
dejan ver el bosque. Pero esta última no nace contrastada científicamente como
las dos anteriores y no hay que barajarla como modelo explicativo de comportamiento
político porque, además, se basa en el aspecto exterior, algo totalmente
inconstitucional, además de inhumano, a la par que frívolo e irrespetuoso.
Hay otra
explicación bastante más retorcida, remota y perversa y que a nadie en su sano
juicio le entraría en la cabeza por descabellada: Alberto Ruíz Gallardón ha
sido así de toda la vida de Dios y estaba disimulando. Y ahí sí que me planto
en medio del párrafo y digo que yo no me la creo. No veo capaz a Alberto de
haber vivido tamaña doblez durante tanto tiempo sin enfermar, porque una
contradicción así, tanto tiempo dentro de un cuerpo, da sintomatología externa
por narices. Y a este hombre no se le ha pillado en una mala cara posando al
lado del colectivo gay, ni sincerándose en un “off-the-micro” con lo del derecho
principal de la mujer a ser madre, ni siquiera en un brillito en el colmillo al
sonreír junto a Esperanza Aguirre...
En fin, como en
todo drama, los motivos ocultos del personaje, que son los que realmente hacen
avanzar la narración, se nos irán desvelando poco a poco y quizás lo
entendamos todo mejor. Lo que no tengo tan claro es si permaneceremos sentados
o definitivamente nos pondremos en pie, y no para aplaudir.
Si es mejor para el alma soportar los golpes de la ultrajante fortuna... Clica
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a saber
Gallardón siempre fue así de reaccionario, pero ha estado muy bien tapado. Sólo hay que ver su política en Madrid de la cual los medios nunca han mencionado mucho por ser "majo", la cual era igual de derechosa que la de Aguirre.
Coincido con el anterior lector. Cuando ha llegado a su cima política Gallardón se ha quitado la careta de político pseudoprogre centrista del PP (guay: definición que podríamos aplicar a los políticos del PSOE traidor) Antes, poli bueno para reunir votos de electores "liberales" aparentando el engañoso lado centrista del PP y juntarlos con los votos de los acérrimos del poli malo:Esperanza Aguirre y, juntos, perpetuarse en Madrid. Ahora nos enseña su verdadera cara,aquella que sospechábamos algunos y otros habían confirmado. Un lobo reaccionario con piel de cordero guay. Piel progresista que nos ha vendido tanto Gallardón como la falsa izquierda. Piel vacía de contenido , pura fachada rellena de marketing político.
Enhorabuena por el blog tía.
David.
No, no. Gallardón no tiene ideas propias, ni de izquierda ni de derecha. Es un robot diseñado para trepar. Para la alcaldía de Madrid le vino muy bien su look progre. Pero ha alcanzado su techo de cristal. No puede ser presidente del gobierno cayendo mejor a los votantes de la oposición que a los propios. Ahora prevé el derrumbe de Rajoy, cuando el paro alcance los 8 millones (no hace falta ser muy listo), y va preparando su camino.
Gallardón es un trepa que estuvo cínicamente agazapado, hasta que ha llegado a tener poder suficiente y en el ministerio de justicia.
Ahora, cuando tiene 4 u 8 años por delante para dar el salto a la presidencia del país, empieza a mostrarse ante "su derecha" como realmente es e ir "acumulando puntos y respetos".
A ti te habrá engañado algún tiempo, pero yo siempre he dicho que tiene la intolerancia clasista de la derecha, y el despilfarro manirroto de la izquierda. Como clasista se cree que es un genio de la música como su tioabuelo, al que interpreta siempre que puede, y como pésimo gestor es el padre de la calle-30, obra faraónica, capricho infantil, que solo a un crio puede ocurrírsele hacer a precios del Boom del ladrillo. De buena parte viene la canela para que no huela y tu no debes saber quien era el Tebib arrubi.
"Víctor Ruiz Albéniz, abuelo del actual alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, apodado “El Tebib Arrubi” (El Médico Cristiano) por los bereberes, que pudo reconocer ante el juez al asesino de su hijo y renunció a hacerlo porque no quería derramar más sangre".
http://www.joseluismelero.net/desde_otra_trinchera.htm
Gracias por tu comentario y por este dato que no conocía, ni imaginaba pero que dejo aquí. Un saludo.
Para mí la estratègia está clara, a la par que confieso que es retorcida.
Gallardón era un político demasiado guay para su partido, podría haber sido una oportunidad como presidente del gobierno para conseguir votos de otros sectores… pero a un precio que los sectores más conservadores no estaban dispuestos a pagar… qué hacer? cargarse su fama de político guay poniéndolo a hacer las reformas que no gustan a la izq y liberales… para volver a ganarse el electorado del PP? para evitar que canbie de bando? para que dejen de meterse con botella y werit t lo hagan con él? que deje de ser guay? … ESO ya no lo sé… #ConspiranoiaGallardón