Elogio del Espacio

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    “Los paseos espaciales son una de las
    actividades más peligrosas y complejas que puede realizar un astronauta.” 
    Daniel Marín, astrofísico.
     

    ¿Has conocido alguna vez a un astronauta emocional?... Igual te has cruzado con alguno. O, quizás lo seas tú... Es difícil pillarlos de entrada, únicamente se les detecta hacia el final, cuando ya no están en tu órbita. No es que engañen... Son majos. Y seductores. Y proclives al cancaneo amoroso. O al trilerismo. “¿Ves?, aquí está mi corazón, ¿lo ves bien?... Pues hago así, flus-flus, flus-flus, y ya no lo ves (tú). Estar está, lo que pasaaaa, es que (tú) ya no lo veeees”. De trazado humano, el astronauta emocional puede ser de cualquier raza, sexo, religión, condición social, edad, e ideología. Alto, bajo, relleno, magro, rubio, moreno, pelirrojo, pesimista, optimista, agarraó, autónomo, fijo-discontiuno, con mata de pelo, o mechas californianas, bienvestido, malconjuntado... Su aspecto exterior  jamás, nunca, never, lo delatará. Hasta que se pone la escafandra, y lo empiezas a flipar, el astronauta emocional puede pasar desapercibido como tal y acampar en cualquier meandro vital habitado por incautos que le ofrecen una climatología afectiva acorde con sus necesidades emotivas (pasajeras, casi siempre). La escafandra les proporciona la distancia suficiente para atreverse a balbucear, desde dentro, un número indeterminado de frases hechas entre las que podrás descifrar claramente una palabra: espacio. El espacio es el nexo de unión de los astronautas emocionales en el globo terráqueo. 

     
    Es extremadamente importante retener el término ‘espacio’ y que no se diluya en el resto de la perorata porque es la madre del cordero de lo demás. Cuando un astronauta emocional te dice un día de verano, “necesito-espacio", tienes que saber que no se está refiriendo a "una región del universo que se encuentra más allá de la atmósfera terrestre”. Se refiere concretamente a un lugar que tú no conoces, al que se va a ir sin ti, y a donde no puedes acompañarlo porque, con toda probabilidad, va a coincidir con otra persona que no eres tú. El duo “Necesito & Espacio”, suele ir acompañado de otros coros súper pegadizos y mil veces entonados: Eres una persona muy especial, pero... Mereces alguien mejor que yo.... Soy demasiado mayor/joven y tienes que encontrar alguien de tu edad... Eres lo mejor que me ha pasado, pero... Yo, lo que quiero es que seas feliz...”. Que traducido, significan, en corto: “Ya no te quiero”; y en largo: “Ya no te quiero, pero no te lo digo así de claro para ahorrarme el trago de NO SENTIRME YO MAL aún sabiendo que así te hago más daño, pero, también, porque así te dejo con el pause apretado por si me sale mal lo del espacio y aún puedo volver a pulsar el play y que me acojas en tus pechos generosos, porque no te olvides que yo lo soy todo para ti”. Y quien dice pechos, dice cualquier orografía humana.
     
    Para entonces tú tendrás ya las gónadas a punto de caramelo, pero #OjoCuidao que aún estás en zona vulnerable y con tantas mandangas sintácticas puedes distraerte de lo que realmente está sucediendo. A saber: según el Manual del Astronauta  Emocional, Tema 1, Cómo salir por piernas de una relación que ya no interesa por Hache o por Be, estás asistiendo en directo a: “La Ruptura”. Y es justo ahora cuando el astronauta emocional puede realmente tirar de patetismo y acariciar la #PenicaAjena añadiendo, a todo lo demás, lo siguiente: “Es que quiero encontrarme a mí mismo, que no sé lo que quiero”. Pretendiendo que, encima, te hagas cargo del mal trago que  pasa ¡¡¡¡¡¡dejándote!!!!!!.... Bueno, pues que sepas que ha llegado el momento de agradecer a la vida que se vaya al espacio y que se quede allí un rato largo porque, de lo contrario, tendrías que empezar a abrir puertas y ventanas para aventarlo pa’fuera como si fuera un moscardón de esos pesados que entran a perturbarte la siesta y que no retomas hasta que lo has visto zzzzbbbbear bien lejos. Nadie está obligado a quedarse si lo que quiere es no estar. Querer, amar, desear, son verbos que no se conjugan bien en imperativo, pero un poquito de nivel en las despedidas, por favor, que se puede salir por la puerta grande de la vida de los demás en lugar de abandonarla como un extraterrestre afectivo.
     
    Pdta: Escribo este post por encargo, como el Elogio del Puerro. Femurian@ que lo está pasando mal con esto de las rupturas inesperadas. A ver sí le sirve ;-))) 
     
     

    2 responses to “Elogio del Espacio

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