Soy más lenta que el caballo del malo escribiendo. Me lo digo con infinito cariño porque la lentitud es un animal de acompañamiento bellísimo para fabricar libros. Supe hace tiempo de la existencia de un Elogio de la Lentitud y me avalé de por vida para respetar los ritmos creativos. Por eso me gusta tanto parar motores en agosto y escribir libros que se presentan en primavera. Sin prisa. Sin horarios. Sin #tengosquehacer. Hace cuatro agostos que es así. Hace cuatro libros. Significa un reencuentro con la soledad. La disfruto tanto. La soledad es otro animal de compañía extraordinario. Y el silencio. El silencio lo es todo para mí a la hora de construir historias. Silencio hasta de mí. De presencia, de opinión, de... ¿Cómo voy a dar voz a otros personajes si yo no paro de 'cascar'?... Vivir pa'dentro unas semanas, hundirme en las palabras y ahogarme en adjetivos y sustantivos hasta que me salgan verbos nuevos por las orejas.

Soy consciente del privilegio que supone parar y desconectar de este mundo loco y complejo con tantas heridas abiertas y demasiadas personas en sutura. Soy consciente del privilegio de poder elegir. Doy gracias cada día por ello. Y por poder disfrutar de algo tan humano como el tiempo durante este instante.   

Un beso ♥