"Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti"
A 15º de inclinación se saludan entre iguales en Japón con un ligero movimiento llamado Eshaku, y si hay mucha confianza, es suficiente mover la cabeza hacia abajo levemente. Hacia el jefe o persona de mayor rango, la graduación del saludo aumenta a 30º, en un gesto llamado Keirei, el más utilizado. Las lumbares se doblan hasta 45º en el Saikeirei para pedir perdón o si estás frente al Emperador. Dogeza es el nombre de la reverencia extrema, rodillas y frente tocando el suelo. Apenas se usa, la ofrecían los samurais a los antiguos señores feudales, y ahora sólo se utiliza para pedir perdón por una falta extremadamente grave. Doblar las lumbares en Japón es algo más profundo que un acto de cortesía, no significa humillación ni sumisión. Inclinarse delante de una persona, significa literalmente ‘entregar la cabeza’ (atama wo sashidasu), ‘ofrecer la parte más débil del cuerpo humano, significa confiar en esa persona, es un acto de respeto y confianza’. En China también se articulan las lumbares con similar propósito: ‘Es un tipo de ritual solemne que demuestra respeto hacia los demás’, un ritual usado en ceremonias de días festivos y también en eventos sociales y reuniones empresariales.
Para labrar la huerta se inclina la espalda los grados necesarios según lo que se esté labrando. Yo he visto a mi padre inclinarse 45º, 90º, 120º o 180º dependiendo de si recogía alcachofas, coles, calabacines, pepinos, pimientos o judía redonda. O si encañaba tomates, judías verdes, o recogía melones, sandías, o calabazas. Las lumbares de los labradores se inclinan hacía la tierra con esfuerzo, con respeto por ella, con aprecio y también, siempre, con el ruego implícito de conseguir que enraíce lo sembrado y devuelva la tierra su simiente en forma de productos con los que sacar adelante a la familia. Lejos de humillación o sumisión, las lumbares dobladas de mi padre, como las de tantos otros padres/madres, siempre me han provocado respeto. Al mío lo acompañé un día a la huerta a recoger judía redonda y aún me duele la L5 cuando me acuerdo (lo conté en La filla del llaurador). Creo que fue uno de los días que más lo quise, y admiré. Un día en el que me quedé profundamente conmovida al sentir en mi espalda tan sólo una mínima pincelada de su esfuerzo continuo de tantos años. Fue el día que asimilé lo que significaba esa callada inclinación diaria al frío de marzo o al calor insoportable de un agosto como este. Fue el día que me atravesó la certeza de por quién doblaba mi padre las lumbares.
Los movimientos inclinatorios que se están efectuando para formar Gobierno quienes tienen en sus manos tu futuro y el mío, no tienen nada que ver con lo antes descrito. Están llevándose a cabo a puerta cerrada, eso es llamativo. No los podemos ver. No sabemos quien se inclina ante quién... Por poner un ejemplo, a cuántos grados está inclinándose Rajoy delante de Albert Rivera, o viceversa, y con qué objeto... No sabemos nada tampoco sobre a cuánto está el kilo de #PaquetePolítico, como dijo el otro día en una entrevista no me acuerdo quién. De todos esos movimientos, lo único que sabemos es que aparecen por aquí o por allá y que hacen el teatrito de 'un pasito pa'lante y otro pa'tras' con la correspondiente dosis de miedo y amenazas sobre lo malo que es para nosotros que ellos no formen un Gobierno estable. Y luego vuelven a meterse dónde sea que estén trajinando el tema, con ese empaque que da tener las vacaciones pagadas y la nómina segura a final de mes, gobiernen o no. Llámame descreída, pero hace mucho tiempo que tengo la incómoda certeza de que negociar, lo que se dice negociar, eso que se describe en los manuales básicos como: "Tratar un asunto para llegar a un acuerdo o solución", no está sucediendo en ningún momento. Otros verbos sí: exigir, presionar, pedir, conceder, recortar, quéhaydelomío... A estas alturas, lo mínimo que nos merecemos es saber por quién doblan las lumbares. Ahora que ya sabemos que no las doblan por ti.
Cada día me asombra más y admiro más tu capacidad para aunar ingenio, profundidad y capacidad de análisis, observación y asociación de ideas !!!
Magistral artículo, una semana más, Fani?
Gracias y besos!
Gracias a ti, por tu generosísima lectura siempre, Marisa. Un beso grande 😉
Me encanta tu blog. Te sigo a partir de ahora.
Gracias por este artículo y , con tu permiso, me inclino 15° en señal de respeto .
Gracias
Fenomenal. Fantástico. Una maravillosa escritura. Profunda, sentida y comprometida.