Hay dos aspectos de la
huelga del 29 de Marzo convocada ayer en contra de la Reforma Laboral del gobierno de Mariano Rajoy que me han llamado la atención respecto a otras anteriores. El primero tiene
que ver con la inmisericorde poda de derechos que venimos sufriendo con la
excusa de la crisis económica y que se ha hecho patente con motivo de la convocatoria, y es que los trabajadores no hacen uso del derecho constitucional a la
huelga con plena libertad. En teoría se tiene claro que nos corresponde
dicho derecho, pero he observado en los días previos que, en la práctica, resulta
complicado ejercerlo. Parece que la huelga plantea un dilema cuya resolución
sea, como en el chiste aquel de “susto” o “muerte”: mal si la hago (posibles
represalias empresariales como pérdida de puesto de trabajo ahora que
ningún despido es improcedente; bajada salarial, cambio de horario o
ubicación, todo ello posible con la nueva reforma), o mal si no la hago (soy un
esquirol, no soy solidario...). Este planteamiento me resulta especialmente perverso pues creo que vivir un
derecho como un problema es la mejor garantía para ponerlo en riesgo. Y no sólo
es perverso sino alarmante, si los ciudadanos temen hacer uso de sus
derechos, o dudan de ellos, es que el miedo está haciendo mella y entonces ya no hablamos de
poda sino de tala indiscriminada de logros que han costado años, sudor y huelgas, y que me temo no van a ser restituidos
fácilmente.
El otro aspecto tiene que
ver con quienes han convocado la huelga y, aunque entre en terreno
delicado, como es algo que escucho y veo, lo comparto aquí. Se trata de la
desafección de muchos trabajadores hacia los sindicatos: los hay que no se
sienten representados, o no confian en su labor, o cuestionan sus estratégias. Se nota una pérdida de confianza en las organizaciones sindicales, algo que me entristece profundamente pues su lucha y su trabajo se ha traducido en mejoras para todos los trabajadores, esten o no sindicados.
Este desencanto lo pude escuchar ayer en alguna llamada en directo a
la radio y también lo leí a lo
largo del día en las redes sociales, en hastaghs como #yoNOhagohuelga, #NOALAHUELGA, o #FracasoSindical, que fue Trending Topic. Este último aspecto me deja preocupada, de cara a lo que vamos necesitamos más que nunca mantener la confianza en los representantes legales de los trabajadores, que
bastante desafección existe en estos momentos por los representantes políticos, con una credibilidad bajo cero. Lo
dejo ahí como motivo de reflexión y/o debate, por si sirve de algo proponerlo. En cualquier caso, la jornada de ayer no debería de quedar en algo aislado sino marcar el inicio de más acciones en contra de una reforma laboral que es absolutamente letal para tod@s.