Un otoño diferente

  • WhatsApp
  • Polumbis en barrena

    Por Ana Marco 

     

    El otoño nunca ha sido mi estación favorita, los días se acortan, el sol es menos sol, empieza el fresco.

    Este año además el otoño me pilla sin esperanza. Pertenezco al grupo de “creyentes” en la humanidad y, a veces pienso, así me va.

    Creía firmemente que “íbamos a salir mejores, pero… no. Gente sin mascarillas,sin guardar distancias, juntándose en sitios cerrados, gente que “necesita divertirse y los viejos les dan igual”, políticos de todos los lados, totalmente incompetentes (que si, que ésto es nuevo, que no nos lo esperábamos), llevamos 6 meses de pandemia y parece que no han hecho lo que tenían que hacer. ¿Dónde están los médicos, las enfermeras, los auxiliares, los rastreadores, los profesores, los inspectores de trabajo?

    Si hablamos de los medios de comunicación, que podrían haber hecho una importantísima labor pedagógica, mejor “me pego un tiro en el pie”. Nadie hace nada ante la manipulación a la que nos someten todos los días. Una de las divas de la mañana muestra una imágenes de un hospital chino, diciendo que era un hospital de Madrid, y no pasa nada. Los ancianos son los que ven estos programas, porque son los que se siguen quedando en casa y las smarttv les vienen muy grandes, y algunos viven absolutamente aterrorizados y nadie hace nada.

    Me entristecen especialmente, las restricciones para los más pequeños (los que durante el confinamiento más duro, se portaron tan bien), sin parques, al cole con mascarilla, gel para las manos y una botella de agua con su nombre, en grupos que a veces lo separan de sus amigos…

    Contemplo atónita la falta de previsión en el tema laboral: PCR con resultados tardíos, bajas que pueden costar el puesto de trabajo, falta de inspecciones, ERTES que no se cobran..

    Y si me faltaba algo, Madrid. Estoy muy preocupada por mis amigos madrileños, parece que van a la deriva. ¿Qué les va a pasar? Me entristece Madrid.

    Cada día miles de polumbis entran en barrena y no puedo hacer nada para evitarlo.

    A pesar de todo me aferro a “cosas pequeñitas” para seguir siendo “creyente”: un amigo muy querido va a ser papá, tengo mi primer sobrino universitario, tengo mi primera sobrina que por fin, puede independizarse, tengo un vecino que va a cumplir su sueño profesional, tengo a Caye y tengo a Rita.

    Veremos cómo va este otoño tan diferente. Me estoy haciendo a la idea de que este año, tampoco vamos a tener Navidad.

     

    2 responses to “Un otoño diferente

    1. Hola Fany,
      cuando Esto acabe puede que me haya ido, pero con menor sentimiento de culpabilidad por dejar a mis hijos una herencia penosa. Algo quedará mejor, pués la selección natural que ahora se produce hará posible mejores pensiones que las previstas, más ofertas, precios más bajos, menos polución, etc. La gente habrá aprendido que vale mucho más la salud que el dinero.
      Saludos afectuosos

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *