Elogio de la hiedra

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  • "Pensar. Pienso, luego existo. Si no pienso, ¿existen por mí?". Francesc Orteu.

    La hiedra no ha sido tenida en toda la consideración que merece. Se ha hablado a menudo de ella en negativo, reptando cual salamandra por las paredes, hoja a hoja, resquebrajándolas, dañando con sus patas la estructura de los muros, asfixiándolos y dejando una imagen lamentable de sus superficies una vez arrancada de cuajo. A mí siempre me han resultado curiosísimas las paredes forradas de hiedra, esa que tan dañina dicen que es, por lo mucho que tapaban los edificios, pero nunca me he atrevido a decirlo y he vivido en secreto esa fascinación hasta que he topado con el estudio de Heather Viles, Profesora de Biogeomorfología de la Universidad de Oxford, que aborda las bondades de la hiedra. Según he leído, la hiedra protege los edificios de lo que justamente decían que los dañaba hasta ahora. Te añado parrafada ad hoc: “Tras estudiar los efectos de la hiedra sobre una variedad de muros expuestos a distintas condiciones climáticas, el equipo de científicos de la Universidad de Oxford, descubrió que esta planta actúa como si fuese una "pantalla térmica", protegiendo a la pared de los cambios de temperatura que hacen por lo general que ésta se llene de grietas. Gracias a la hiedra, durante el invierno, la temperatura de las paredes es un 15% más elevada que la temperatura ambiente, y en verano, la superficie de la pared registra una temperatura más fría que la del ambiente, con una diferencia de un 36%. El único elemento a tomar en cuenta, es que el muro no esté dañado, porque si tiene roturas y agujeros, las raíces se colarán por ellos y contribuirán a su deterioro".

    Con la ignorancia sucede algo similar, siempre ha tenido mala prensa. Que si daña el intelecto, que si debilita su estructura, que si resquebraja las entendederas, que si asfixia la toma de decisiones, que si deja al aire las carencias cuando se elimina, que sé yo... Se ha llegado a afirmar, con una malicia innecesaria, que la ignorancia incita a la opinión. En contraposición a aquellos que la denuestan, quisiera aportar argumentos basados en recientes estudios sobre las bondades de esta cualidad humana. Se ha podido demostrar que la ignorancia trepa por el cerebro protegiéndolo de la realidad y de cualquier verdad que amenace su sosiego. Y lo hace, y esa es su magnificencia, en cualquier época del año, ante cualquier circunstancia, e independientemente de la coyuntura político-social. Se ha comprobado que la ignorancia, cuando enraíza fuerte, impide que se agriete el cerebro cada mañana cuando el sol alumbra tantas calles de hambre, dolor y llanto; y cuando naufragan los barcos atestados de seres humanos que han sido despojados de sus derechos. Así mismo, la ignorancia distrae la atención de las salas de prensa y de los parlamentos, trufados de partidismo y crispación, donde unos pocos se afanan en sacar beneficio de lo que a unos muchos nos sucede. Trepa la ignorancia imparable, firme, segura, osada e irreductible, y cubre la realidad con su manto de arrojo verde, poniéndola a salvo de las críticas.

    Antes de saber lo de la hiedra, estuve leyendo libros. De haberlo sabido, no me hubiese puesto como me pongo yo buscando respuestas a los interrogantes que se me abren, en forma de ¿, que me suben del estómago al esófago, alcanzando la glotis con el punto superior, dificultándome la deglución (no me imagino si en lugar de abrírseme interrogantes, se me cerrasen dentro, y el punto estuviese entonces obstruyéndome el yeyuno). Lo explica el filósofo Martin Cohen en uno de los libros leídos, que va sobre experimentos mentales a lo largo de la historia, uno conocido como El escarabajo de Wittgenstein. Es un poco complejo para contártelo en detalle ahora (aquí explicado del todo), sintetizo: en ocasiones creemos que hablamos de las mismas cosas porque todos estamos utilizando las mismas palabras; sin embargo, las mismas palabras pueden significar cosas muy diferentes para cada uno de nosotros. Sobre todo cuando no hemos dicho previamente qué significado alberga cada término. Yo ya no sé cuántos días llevamos escuchando palabras como islamismo, yihadismo, independentismo, democracia, estado, justicia, seguridad, investigación, bolardos, prevención, comunicado, víctimas... Son las mismas palabras día tras día, una y otra vez, significando una cosa u otra dependiendo de quién las dice, y que vemos trepar por la verdad cubriéndola con el manto frondoso de la demagogia. Algo que no sería preocupante, si los muros de nuestra conciencia crítica estuviesen sanos y sin roturas, porque sería una auténtica lástima que se echasen a perder si enraizasen en ellos para siempre las mentiras.

     

    One response to “Elogio de la hiedra

    1. Estupendo, literaria, estética y humanamente. Mucha gente se aferra a su ignorancia como la hiedra a un muro, para que les proteja de humanizarse y así no correr el riesgo de comprometerse, incluso de no poder dormir tranquilos. Grande, Fani.

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