“Nacer con las explosiones, crecer entre los escombros, conocer la muerte demasiado pronto. El llanto de tus padres, la soledad, las concertinas, el hambre”.
Pilar Almenar, Refugiados, PhotON Festival
“Se proporcionará protección especial a los niños considerados refugiados o que soliciten el estatuto de refugiado, y es obligación del Estado cooperar con los organismos competentes para garantizar dicha protección y asistencia”. Este es el artículo 22 de la Convención Sobre los Derechos del Niño firmado el 20 de noviembre de 1989 en la ONU que fue aprobada como tratado internacional de derechos humanos, lo que significa que los Estados firmantes se comprometieron a cumplir lo allí escrito. En el preámbulo dice textualmente: “Teniendo presente que la necesidad de proporcionar al niño una protección especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño y en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1959, y reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24), en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en el artículo 10) y en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño...”. Y a continuación desarrollan todos los artículos de la citada Convención.
En el texto de 1924 fue el primero en reconocer “la existencia de derechos específicos para las niñas y niños, además de la responsabilidad de las personas adultas sobre su bienestar”. Un documento propuesto por Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children, en respuesta ‘a los horrores de la Primera Guerra Mundial’. Para celebrar que los derechos de los niños y niñas estaban protegidos se estableció el 20 de noviembre como Día Universal del Niño. Algo no salió como se esperaba porque, poco a poco, hubo que ir añadiendo conmemoraciones que, de haber estado cumplidos todos los artículos de la Convención, ninguna falta haría ‘conmemorar’. Tenemos pues: el Día Internacional contra el Uso de Niños Soldado (12 de Febrero), el Día Mundial contra el Trabajo Infantil (12 de junio), el Día Internacional de la Niña (11 de octubre), el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil (16 de abril), y también está el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión (4 de junio), el Día Mundial de Acción para la Supervivencia Infantil (el 23 de octubre), más un Día Europeo contra la Trata de Seres Humanos (25 de marzo) y otro Día Mundial contra la Trata de Personas (30 de Julio). Todavía no hay ningún Día del Niño Refugiado, hay un Día Mundial del Refugiado el 20 de junio, pero va siendo hora de incorporar uno especifico para los niños refugiados. Lo suyo sería El Día Europeo del Niño Refugiado, por aquello de la responsabilidad de la UE en que tan triste fecha hiciese falta...
Algunos motivos para la ‘conmemoración’: En enero de este año supimos que más de 10.000 niños refugiados se habían ‘perdido’ en la UE desde 2015. Según las informaciones de la Europol, eran niños y niñas que viajaban solos y que ‘habían desaparecido’ después de pisar suelo europeo. En la crónica del periódico The Guardian se contaba que, sólo en Italia, habían desaparecido 5000, y que otros 1000 menores permanecían en paradero desconocido en Suecia. "No es descabellado decir que estamos buscando a más de 10.000 niños. No todos serán explotados criminalmente; algunos podrían haberse reunido con familiares. Lo cierto es que no sabemos dónde están, qué están haciendo o con quién están”, afirmaba Brian Donald, de Europol. El pasado mes supimos que 6000 menores procedentes en su mayoría de Afganistán, Siria, Eritrea, Marruecos y Argelia están perdidos en Alemania, y que tampoco se sabe dónde, cómo o con quien están. Lo que sí que se sabe, con cifras, es que las mafias de traficantes de personas obtuvieron el año pasado entre tres mil y seis mil millones de euros de ganancias mediante la ‘explotación de la miseria de los refugiados’, según narró Europol a The Independent. Brian Donald confirmó que ‘había pruebas de que niños refugiados no acompañados en Europa habían sido explotadas sexualmente’... ¿Cómo era lo de que se proporcionará protección especial a los niños considerados refugiados?
Si la ignominia tiene un nombre, se llamará Día Europeo del Niño Refugiado, una fecha que servirá para recordar la infamia de cuando Europa perdió la parte humana de su ser, esa tan bien ‘articulada’ en mil y un tratados internacionales firmados por mandatarios que los incumplen al pie de la letra. Derechos convertidos en barro que enlodaza los pies de los niños refugiados, los más vulnerables, los más dañados. Niños y niñas que crecerán odiando a Europa, haciéndose mayores quien sabe dónde, cómo y sufriendo qué tipo de explotación, maltrato o abuso. Niños que no tendrán la buena suerte de Osman, a quien Bomberos en Acción ha salvado del infierno de Idomeni junto a su familia (clic), y que seguirán llorando en nuestras fronteras como los dos hermanos que ves en la foto del fotoperiodista Georgi Licovsky. El fotógrafo expone su trabajo en PhotON Festival en La Nau junto al de Marko Risovik, mostrando en Refugiados el drama sufrido por miles de personas en la Ruta de los Balcanes. Nos contó Licovsky esta semana como hizo la foto llorando y la profunda tristeza que sintió, y que también vio cómo se les caían las lágrimas al resto de fotoperiodistas frente al desolador llanto de los pequeños. Esos serán los niños que ‘conmemoraremos’ el Día Europeo del Niño Refugiado, si continúan tomando decisiones quienes les cierran las fronteras y despojan de derechos. Como dijo Gabriela Mistral, ‘Si el futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.”
Humanos refugiándonos de humanos…….no es humano !!