✍🏽 Firma Invitada
Dolores Jacinto Nieto
Representante de la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y de los Cuidados
Hará poco más de un año tuve el honor de conocer a Fani en una de sus tantas formaciones, yo formaba parte de un nutrido grupo de mujeres migrantes, las cuales todas estábamos metidas en temas sociales, mujeres maravillosas con mucho que aprenderles a todas y cada una de ellas, para mí es todo un honor que ahora me invité a escribir en su blog.
La primera idea que me surgió cuando Fani me invito a escribir, primero fue el de celebrar la vida, la vida de mis amigas, que más que eso se han convertido en hermanas, las que me han hecho parte de su familia, pero que además somos compañeras de activismo, sí, romantizar estos días
Pero desde este lado migrante, desde los “privilegios” a los cuales puedo llegar al tener una tarjeta de residencia, y un contrato laboral, el cual en este momento no me sirve de mucho más que para poderme quedar en casa, percibiendo un salario a cuenta de mis vacaciones (esas que pensaba pasar con mi familia), las cuales ahora me las paso en casa; pero vuelvo a repetir, yo me puedo quedar en casa, pero hay otras tantas mujeres que como yo también trabajan dentro de un hogar, ya sea a jornada completa, por horas, o de manera interna estas últimas, sin tener ningún tipo de protección, intimidad y ya no digamos descanso.
Se perfectamente lo que es, trabaje durante 6 años de interna y aunque mi empleadora siempre respeto mis derechos y descansos, no quita que no seas dueña de tu tiempo durante 6 días a la semana, son seis días en los cuales vives la vida de tus empleadores... Pero volviendo a mis compañeras, a muchas las han despedido, sin haberles dado el finiquito en su mayoría, mujeres sin documentación en regla y otras que no tenían contrato por escrito, las internas, a muchas se les ha prohibido salir, sin respetar sus descansos trabajando los siete días de la semana.
No, no todas las personas nos podemos quedar en casa, priman los privilegios de unos y son las más desfavorecidas quienes pagan un coste más alto, quienes se ven obligadas a continuar con estos trabajos, da igual las condiciones porque sabemos que una primera necesidad es comer, porque sabemos que si seguimos trabajando podremos ayudar en nuestros países de origen, porque hay mujeres que son cabeza de familia y no se pueden dar el lujo de parar, y de esto se aprovechan muchos empleadores y empleadoras.
A lo largo de todos estos días escuchamos un montón de frases, y discursos, pero lo único real de todo ello es que el teletrabajo solo es para unos, el "yo me quedo en casa", debería ser "yo me puedo quedar en casa", el "no vamos a dejar a nadie atrás" por una equiparación real de todos los sectores laborales y la que más “estoy cansado de este encierro”, pues ahora que ya sabemos lo que es, no poder salir a la calle cuando nosotros queramos. Les invito a ponerse en los zapatos de muchas mujeres que trabajan así, encerradas en una casa, a la buena voluntad de su empleador, haciendo múltiples tareas sin parar todo el día a quienes este sistema invisibiliza
Es momento de dar valor a todo ese trabajo que es esencial para la vida misma, es momento de reconocer la labor de todas estas mujeres, que lo han dejado todo en el país de origen por querer algo mejor para ellas y su familia, pero que aquí cuidan a lo que más se ama a sus hijos, padres, abuelos.
Nosotras las migrantes, ya sabíamos qué era amar a través de la distancia y del tiempo, aprendimos a querer bonito sin tener que tocar, a tomarnos el café a través de una pantalla, a sentirnos cerca estando lejos; por eso ahora si extrañamos el contacto, pero sabemos que el autocuidado, así como el apoyo entre nosotras es lo más importante, que si una está bien lo estaremos todas, ya volveremos a tomarnos ese café pendiente, a celebrar la vida mientras tanto, estamos trabajando para que nada vuelva a ser igual, para que los cuidados sean reconocidos y valorados, para que salgamos más humanos, valorando la vida, nuestra vida y la de los demás, independientemente del color de piel, estatus social o migratorio.
Entrevista en À Punt, clica aquí
Muy emocionante Lolis
Eres una mujer muy valiosa agradezco al universo por tenerte entre mis contactos entre mis afectos y muy muy dentro de mi corazón eres una mujeres que vale las riquezas del universo esas que no puede comprar el dinero
Abrazos y el cariño de siempre
Claudia mujer refugiada a causa de la guerra sociopolitical de Colombia