¿Cómo comunicar en tiempos de crisis?

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    #FirmaInvitada

    Laura Bellver 

    Periodista freelance especializada en #igualdad + #innovación

    Proyecto'Impresas'#NoVisillo

     

     

    Esta pregunta me asaltó pocos días después de decretarse el estado de alarma, cuando fui capaz de asimilar mínimamente el nuevo escenario. Empezó como una duda profesional, ya que soy responsable de la comunicación de diferentes entidades. Pero no tardó en convertirse, además, en un dilema personal con motivo de mis perfiles en redes sociales y de mi red de contactos tal cual. Los interrogantes eran compartidos para todas las facetas y se sucedían sin tregua. Por ejemplo, ¿qué imagen se debe proyectar durante esta temporada? ¿Resulta pretencioso transmitir que se mantiene el trabajo? ¿Decir que gran parte de la faena se ha suspendido es caer en el victimismo? ¿Hasta qué punto se alimenta el malestar colectivo si se comparten preocupaciones? Etcétera.

    A todo ello se suma ese síndrome de la impostora que, aunque suelo mantener a raya desde hace algún tiempo, siempre sale a la superficie cuando también flota alguna partícula de inseguridad, por muy pequeña que sea. “¿Quién eres tú para…?”, me espeta una voz que se despereza en mi interior tras el letargo al que la tengo sometida. Reconozco que hubo un momento inicial en el que sentí miedo por si ofrecía un mal asesoramiento, si emitía un comunicado inoportuno, si hacía una propuesta descabellada o insulsa… No obstante, lo reconocí enseguida: era el mismo pavor que ha llamado a mi puerta cuando he salido de la llamada zona de confort en otras ocasiones. “Yo te conozco, bacalao”, le respondí cantando.

    Al igual que antes de saltar hacia el emprendimiento, realicé un análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de mí misma y del panorama que ahora me envuelve. Recuerdo que descubrí esta herramienta de estudio con la asignatura de Economía y Organización de Empresas en 2º de Bachillerato. ¡Entonces no imaginaba la de aplicaciones que le daría a lo largo de los años! La cuestión es que – yo sola me desvío y me reconduzco, no os preocupéis – este ejercicio derivó en una serie de reflexiones que estoy aplicando a la hora de comunicar:

    • - Las circunstancias son difíciles y extraordinarias, pero eso no implica esconderse o pasar a la inactividad.
    • - Se confirma que la transparencia es un valor imprescindible.
    • - Hay que contrastar, recontrastar y requetecontrastar los datos antes de difundirlos.
    • - Una forma de sumar es reconocer buenas prácticas o iniciativas, tanto propias como ajenas.
    • - Es necesario implicar al equipo (todas las áreas) más que nunca.
    • - Cuando la realidad es compleja, mejor simplificar los mensajes para garantizar su comprensión.
    • - Es momento de apostar en firme por el periodismo de soluciones, que no consiste en noticias optimistas, sino en información que aporta ideas y soluciones.
    • - Y de escuchar. Mucho. ¡Bidireccionalidad al poder!
    • - No se debe abandonar la planificación, a pesar de que habrá que improvisar con frecuencia.
    • - Mostrar el lado humano de una organización no debilita, sino justo al contrario.

    Seguramente, no os he descubierto nada nuevo. Tampoco pretendía dar una clase magistral. Lo cierto es que esta colaboración en El fémur de Eva – ¡gracias por tu invitación, Fani! – me ha servido para ordenar el pensamiento y materializar un decálogo que funcionaba desde mi subconsciente, que he validado en esta crisis y que pienso seguir utilizando cuando salgamos de ella. 

     

     

     
    Imagen de cabecera: @pixabay

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