“España suma hasta hoy 8.464 muertos por coronavirus. Todo mi hospital está ocupado por pacientes de covid-19. Me han dicho que ayer éramos 891 en planta y 103 en UCI. ¡Qué barbaridad! Antes de eso teníamos 900 camas. Se han hecho equipitos para cuidarnos. Los jefes de cada uno son infectólogos, internistas, geriatras o neumólogos, los que más saben, y luego hay médicos de todas las especialidades. Me parece una buenísima idea.”
Santiago Moreno, "Diario", 31 de marzo de 2020
Santiago Moreno, Jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En el arco sanitario las especialidades se clasifican tradicionalmente en clínicas (unas 30 especialidades), quirúrgicas (diez y seis, incluyendo las medico-quirúrgicas) de laboratorio o diagnóstico, otras diez. Hablamos de anesteseología, cardiología, endocrinología, gastroenterología, geriatría, hepatología, infectología, nefrología, medicina aeroespacial, del deporte, del trabajo, forense, oncología medica y radioterápica, pediatria... Etc (clínicas); de cirugia cardiáca, general, oral y maxilofacial, ortopédica, pediátrica, plástica... Etc (quirúrgicas), y hablamos de angiología, dermatología, ginecología y obstetricia, oftalmología, otorrinolaringología... (laboratorio o diagnóstico. Aquí tienes todo el desglose clic-clic). Todas estas especialidades están clasificadas también según el lugar en donde se desarrollen, bien sea en hospitales y ambulatorios o bien en atención primaria en centro de salud y consultorios ‘de cabecera’. Una clasificacione más, agrupa las especialidades según su orientación y entonces tenemos: de grupos de edad, aparatos del cuerpo humano, órganos, técnicas diagnósticas, técnicas terapéuticas y rehabilitadoras, enfermedades concretas y actividades humanas, que, a su vez, quedan abarcadas en la especialidad de medicina familiar y comunitaria que se encuentra incluída en el listado de las 30 especialidades clínicas iniciales.
Muchos ítems, sí. La idea es mostrar la diversidad sanitaria, la cantidad de variables que hay bajo el paraguas del ‘personal sanitario’. Y profundizar en su estructura y realidad para tener más información y poder asimilar en su magnitud lo que han conseguido hacer durante los meses duros de la crisis; un periodo que pasará a la historia, según la Wikipedia, como Pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020. Me queda añadir y poner en valor algo obvio, no menos importante por ello: Todas estas especialidades con nombres que hemos anotado en la agenda en algún momento de nuestras vidas, están acompañadas de los correspondientes profesionales sanitarios, cada cual con su propia misión, intereses, protocolos, necesidades y prioridades. Cada cual con su nombre y apellido, una historia y proyecto personal. Una cirujana cardiotorácica no tendrá la misma hoja de ruta laboral e intereses profesionales que una alergóloga, un oncólogo, un médico forense o un enfermero de urgencias. Esto me lleva a la última propuesta: la de multiplicar todas estas especialidades descritas por 256, que el número de hospitales públicos que tenemos repartidos por España en el Sistema Nacional de Salud (coge este dato con pinzas porque no he encontrado cifra segura, aquí hay más info clic-clic. Estamos hablando de un colectivo de más de 250.000 personas (aquí está todo el desglose, da un vistazo si quieres afinar mejor la cifra).
El personal sanitario ha hecho lo que parecía imposible a tenor de su diversidad, pluralidad y matemática interna: actúar como un sólo cuerpo, lo mismo que hace nuestro cuerpo cuando se hiere y lo pone todo en función de cerrar la herida cuanto antes. El personal sanitario ha detectado el problema, ha establecido un protocolo de actuación y lo ha priorizado todo para conseguir el objetivo. Ha hecho algo aún más extraordinario, en mi opinión, aparcar las especialidades y plegarse a una nueva: La Especialidad del Coronavirus. En los hospitales se han puesto al servicio de esta especialidad desconocida, inesperada y peligrosa. Se les ha presentado un reto enorme y se han olvidado de ‘lo suyo’ para ponerse a lo ‘nuestro’ y salvar vidas. Aún sabiendo que no podían curarnos, porque no hay vacuna o tratamiento seguro, han seguido con el ‘foco’ puesto: atención y cuidado, un cuidado hasta la misma muerte en miles de casos al convertirse, de repente, en los únicos familiares que podían estar a nuestro lado en el aislamiento. Imagino cómo habrán apretado los dientes y los puños cuatro mil trescientas veces durante los peores días de la curva, cuando los picos eran terroríficos; imagino que tambíen se habrán mordido la lengua otras tantas mil veces al trabajar en las condiciones en las que estaban trabajando e imagino que se habrán comido el miedo con patatas diez veces cada día antes de volver a los boxes, a las ucis o a las habitaciones o consultas... Y todo esto, a riego de sus vidas. Repito. A riesgo de sus vidas. “Elegiría esta profesión mil veces más, a pesar de todo el sufrimiento”, me dijo CS, que trabaja en urgencias de un hospital. Ese es el nivel. Esa ha sido su ejemplaridad.
Otros colectivos han actuado de manera similar (limpiadoras, celadores, administrativos...), es cierto, y también miles de personas anónimas han sumado su esfuerzo cada día, pero el trabajo llevado a cabo por personal sanitario ha sido excelente y merecen, además de premios, derechos laborales reconocidos. Es un modelo de liderazgo y trabajo colaborativo de éxito. No puedo evitar extrapolar este modelo de éxito al arco parlamentario y me pregunto a qué parte de este proceso no han asistido quienes lideran el Congreso, con riesgo cero de sus vidas y sueldos. Me pregunto qué no han entendido de la forma de proceder del personal sanitario, para seguir aferrados a lo suyo, en lugar de estar priorizando lo nuestro. No entiendo qué hacen embroncándose como si nada nos hubiese sucedido, como si no hubiesemos estado contando miles de muertos día tras día, como si no hubiese aún, hoy, tantas vidas rotas, tocadas y hundidas. Los escucho parlamentado airados, ególatras, hablando de su especialidad, como si fuese lo importante y de verdad es que no se entiende. Y si se entiende, es peor.
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Imagen de cabecera: @Pixabay
Se nos olvida a todos que en ese arco sanitario hay otras personas muy muy importantes que son limpiadoras, celadores y administrativos. Personas que sin su trabajo solomlos médicos y enfermeras no hubiesen abarcado toda la situación.
Eso es sanidad Tod@s.
Gracias.
Tienes razón, creo que debe estar incluídas aquí. un abrazo.