No quisiera empezar con un exabrupto o siendo grosera para
decir lo que pueden hacer las mujeres afganas con este trozo de papel de la
Constitución de 2004 que ves aquí, donde está escrito que se garantiza la igualdad de derechos
entre hombres y mujeres... Pueden hacer exactamente lo mismo que con otro
pedazo de papel donde se escribió la
ley del 2009, una ley que elimina la violencia contra la mujer y que afirma que
es un delito penal ejercerla. Es curioso, en ningún documento con vigencia
legal en Afganistán está escrito que a las mujeres afganas se las pueda maltratar
sistemáticamente, vejar, humillar, privar de educación, vender en matrimonio
sin consultarles, tratarlas peor que a un animal en una cuadra o privarlas de
movimiento, si sus maridos no les dan permiso. Sin embargo, esa es la realidad
diaria para muchas de ellas, una realidad dramática y desoladora, que ni noticias
genera ya. Una realidad con la que las afganas pueden envolver el término
‘Comunidad Internacional’ y proporcionarle el mismo destino que a los dos
trozos de ‘papel democrático’ antes mencionados.
“Después de vivir
ocho años en Afganistán creo que es mucho más bestia la violencia que viven las
mujeres dentro de casa, que la violencia que vivían las mujeres durante el
régimen de los talibán... La exposición que hemos hecho Gervasio y yo, los
casos que hemos tenido que documentar, son brutales. Y esta violencia es una
violencia que existe tanto si hay talibanes en el poder como si no hay talibanes
en el poder. Es una violencia que está perfectamente documentada con informes
de Derechos Humanos y sin que la Comunidad Internacional haga absolutamente
nada. Y eso que una de las razones de la intervención en Afganistán era ayudar
a las afganas”, Mónica Bernabé, periodista, Els Matins, TV3.
Se refiere Mónica
Bernabé a la exposición Mujeres. Afganistán que vieron más
de 60.00 personas en Barcelona y que ahora se puede visitar en Valencia, en La
Nau. Fue demoledor atender las explicaciones que dieron Gervasio Sánchez y Mónica Bernabé en
las visitas guiadas sobre el largo y complicado proceso del proyecto elaborado
a lo largo de seis años en un país dónde el espacio doméstico femenino está tan
silenciado. Es, asomarte a un abismo sin salida a corto o a largo plazo que te
hace buscar la mirada del que tienes cerca como para sujetarte y no terminar
engullida por él. Es, darte cuenta de que el numeroso grupo que escucha,
atiende en silencio, con las manos tapándose la boca en ese gesto inconsciente
que hacemos cuando decimos diosmío
aunque no seamos creyentes. Es, un abismo que se te queda pegado, que te
acompaña, del que no te puedes desprender y del que necesitas tomar distancia
para poder contarlo, compartirlo, explicarlo. Digerirlo...
Tú... Tú que
apenas te asomas al abismo unos minutos y a través de un puñado de fotos que ni
siquiera has hecho... Tú, que escuchas horrorizada los detalles de cómo viven
las pocas mujeres que consiguen sobrevivir a sus matrimonios impuestos, a las drogas, a los intentos de suicidio...
Tú, que vuelves a tu casa y a lo único que aciertas es a esconder en una carpeta las notas
que has tomado durante la visita... Tú, que pasados unos días buscas el burka que tienes guardado, restos del
rodaje de Los Ojos de Ariana, y que a solas decides ponértelo un rato... Tú,
que intentar respirar como ellas, y andar como ellas, y mirar como ellas, y
pensar como ellas, y llorar como ellas, y por ellas... Tú, que no sueles perder
nunca la esperanza, te quedas quieta un rato dentro de ese saco de tela que te cubre, notando cómo las pestañas tropiezan con la rejilla que te cuadricula la visión... Tú, que cierras los ojos para no ver el único trocito de suelo que tienes a tus pies, si miras
hacia abajo... Tú, que te quitas el burka y te pones a escribir...
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Burka. Int. Día. |
Catorce años de
intervención militar, 20.000 millones de dólares para la reconstrucción del
país y, a día de hoy, todavía el ochenta por ciento de las mujeres son
analfabetas. Y a día de hoy, todavía la violencia sigue siendo endémica de
puertas para dentro. Y a día de hoy, todavía es el país con mayor índice de
suicidios femeninos. Y a día de hoy, las afganas todavía mueren lentamente
dentro de estos sudarios de lino, olvidadas. Todavía, a día de hoy... Un
periodista como Gervasio Sánchez,
que ha fotografiado las heridas del mundo, afirma con gesto abatido que ha
encontrado en Afganistán ‘lo peor del ser humano y en unos grados de
violencia y de impunidad difíciles de presenciar en otros países’. Como dijo Mónica Bernabé en La Nau a la
pregunta de qué podemos hacer: ”Por lo menos, lo denunciamos. Somos
periodistas”. Ahora ya no podremos decir que no lo sabíamos.