La forja de las almas bellas

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  • ¿Qué se diría de ti si murieses de repente?... ¿Cómo se te recordaría?... ¿Cuál sería ese relato construido por otros en tu ausencia?... ¿Por qué crees que se te echaría de menos?... ¿Qué destacarían tu familia de ti?... ¿Tus hijos cómo te añorarían?... ¿Y tus compañeros de trabajo?... ¿Tus amigos qué harían?... ¿Tu vecino te extrañaría?... ¿Volaría alguien sobre tu memoria como un buitre leonado picoteando en tus vísceras?... ¿Cuánto crees que te llorarían?... ¿Un río, un mar, un océano?... ¿Sería tu vacío como esa mella enorme que deja el incisivo central en la sonrisa infantil?... ¿Sumiría en el desconsuelo tu repentina marcha a los tuyos o sería un alivio?... ¿Has reflexionado sobre esto alguna vez o la muerte es todavía un tabú para ti?... Ahora cuando se te pase el jamacuco de tanta pregunta seguida sobre el día que no estés, piénsalo con calma, como un ejercicio mental. Un día vas a morir, todos estamos aquí de paso, lo único que desconocemos es cómo y cuándo llegaremos a término. Pero que somos finitos... Eso es blanco y en botella.
     
    “Era un hombre bueno. Digno. Respetuoso. Siempre tendiendo puentes. Una persona íntegra. Un modelo a seguir. Nos hacía ser mejor personas. Era un lector voraz. En tan poco tiempo, nos enseñó tantas cosas. Era coherente en los actos de cada día. Nos ha quedado su forma de hacer las cosas, sin estridencias, sin alardes, desde la discreción. Intentó cambiar el mundo y lo consiguió, nos cambió a todos nosotros. Aprendimos sobre la vida, se convirtió en un ejemplo a seguir por nosotros, sus alumnos. Adoraba a sus hijas y a su mujer. Es aquel que no se ha muerto del todo, porque su memoria florecerá. El mundo es un poco mejor gracias a él. Ha vivido la vida de dos o tres personas a la vez. Vivió mucho, intensamente y vivió bien. Nos queda su memoria y la utopía, y sus abrazos; y el eco de su voz. Amaba la Universidad, fue una fragua de sueños para él. Su amor por la Universidad y por la cultura era incondicional. Comprometido, activo, siempre dispuesto a poner en marcha proyectos en beneficio de la comunidad. La belleza de su alma es un regalo. Realmente era un alma bella”.
     
    Son sólo algunas de las muchísimas frases que me dio tiempo a anotar ayer en el homenaje a Gonzalo Montiel en La Nau de Valencia, donde fue Director de Gestión Cultural. Tengo que escribir sobre él un poco, ‘de prestado’, porque no tuve la suerte de tratarlo en profundidad, lo conocí apenas un instante en la vida. Pero me he dado cuenta de cómo se puede llegar a valorar a las personas a través de otras que sí que forman parte de tu vida, y llegar a tener un aprecio por lo que ves de aquellas en estas más próximas. Sé que Gonzalo era un ‘sabio de guardia’, como nos contó el profesor Fernando Flores en la radio hace unos meses. Sé que vivió por y para la cultura, que intentó cada día que el trozo de mundo que tenía a su alcance fuese mejor, y que transformó a todos aquellos que lo conocieron. Y también sé que lo hizo de una manera callada y sin estridencias. Con esa decencia noble de las almas bellas de verdad, las que se fraguan con los metales más puros. Esa es la herencia emocional que deja a los suyos, una infinitamente más valiosa y rica que las herencias materiales. Un legado ético que ayudará a los que tanto lo amaban a subir mejor los peldaños del duelo hacia ese espacio de disfrute que tanto le gustaba. 
     

     

    Toda muerte trae una vida nueva debajo del brazo, si podemos transformar el desconsuelo en una oportunidad que nos brindan quienes se van sin despedirse cuando más los queremos. Quizás sea esa la única forma que tuvieron de no dejarnos del todo. Como dijeron ayer en el Paraninfo de La Nau: ”Era como aquel que no muere del todo porque su memoria florece”. Florecer es un verbo precioso para empezar a construir un nuevo relato, una nueva vida. Y retomar el arrumaco del sol sobre tu piel, y el asombro del amanecer, y celebrar la vida libada en directo, y la mezcla de rosamorados de un atardecer ventoso. Y volver a correr tras una cometa que se eleva sabiendo que jamás la alcanzarás, pero que da igual porque lo importante habrá sido la carrera que has hecho para intentarlo. Y notar el bum-bum del corazón loco de vida. Y meter la lengua de nuevo en el tarro de la miel, en ese tarro que sólo tú sabes dónde está guardado. Y forjarte cada día un alma bella para honrar a quienes nos entregaron la suya de manera tan altruista.
     
     
     
     
     
     

    4 responses to “La forja de las almas bellas

    1. HOLA FANI, DESPRÉS DE TANT DE TEMPS… HE ESTAT EN OFF, PER PROBLEMES DIVERSOS QUE ARA NO VENEN AL CAS. ESTA LECTURA HA ARRIBAT A MÍ EN EL MOMENT JUST. CÒM SEMPRE TENS MOLTA RAÓ I FAIG MEUES TOTES LES TEUES PREGUNTES. ARA ESTIC EMBARCADA EN UN PROJECTE PRECIÓS QUE ENS AJUDARÀ A SALVAR MOLTS POLUMBIS.

      AHHH, HE SABUT QUE EL FET DE QUE ELS POLÍTICS ESTIGUEN MIRANT-SE EL MELIC TAMBÉ ES BÒ PELS POLUMBIS. MENTRIMENTRE ES TORBEN ENTRE ELLS NO TENEN TEMPS DE PERJUDICAR-NOS

    2. HOLA FANI, DESPRÉS DE TANT DE TEMPS… HE ESTAT EN OFF, PER PROBLEMES DIVERSOS QUE ARA NO VENEN AL CAS. ESTA LECTURA HA ARRIBAT A MÍ EN EL MOMENT JUST. CÒM SEMPRE TENS MOLTA RAÓ I FAIG MEUES TOTES LES TEUES PREGUNTES. ARA ESTIC EMBARCADA EN UN PROJECTE PRECIÓS QUE ENS AJUDARÀ A SALVAR MOLTS POLUMBIS.

      AHHH, HE SABUT QUE EL FET DE QUE ELS POLÍTICS ESTIGUEN MIRANT-SE EL MELIC TAMBÉ ES BÒ PELS POLUMBIS. MENTRIMENTRE ES TORBEN ENTRE ELLS NO TENEN TEMPS DE PERJUDICAR-NOS

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