La Calle de la Estrella

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  • Hay ratos que las letras se me juntan solas…

    Siempre he pensado que si a los hombres les aplastaran los testículos entre dos cristales fríos, así, chasss, reduciéndolos a una empanadillita plana, primero uno, y después el otro, la técnica utilizada para hacer mamografías ya estaría superada. Siento empezar así de bárbara, pero es que hacerse la ‘ITV mamaria’ es un trago que hay que darse sí o sí (y entre medias las autoexploraciones), y cada vez que me espachurran los pechos tengo este pensamiento ‘redendentor’ para contrarrestar el daño que me hace el invento de Raul Leborgne, Charles Gross... Como te pille la revisión en mitad de la ovulación, cuando estás en modo 'mesonera-del-puerto' por el hinchazón glandular, puedes llegar a ver todas las estrellas de Andrómeda mientras dura la ‘foto’ de la ‘empanadilla’ en que se te convierte una teta, y luego otra… ¡Ay!... En la sala de espera de la Calle de la Estrella de Valencia se arremolinan las miradas alrededor de quien sale con nuestros expedientes en la mano tras el espachurre, diciendo los nombres de las que ya han pasado por el trance. “¿Fulanita?... Toma, ya te puedes ir, cariño…” (el personal es amabilísimo en el trato). Y ves a Fulanita salir, con ‘la color’ en la cara otra vez, maquillada de alivio.

    En esas esperas me va bien ser tan junta-letras porque entretengo la incertidumbre reconstruyendo (bueno, inventando, para qué nos vamos a engañar) las vidas de las mujeres que esperan conmigo. Siempre tiene un punto fascinante para mí ver a tantas mujeres juntas, tan diferentes, y tan iguales a la vez por un rato... Las conversaciones de las que no vienen solas van espaciándose una vez dados los datos en el mostrador de la entrada, y hecha ya la correspondiente revisión, cuando lo que queda es esperar. Se habla, si acaso, en voz baja, o se habla a trozos, a retales más bien, porque la atención está en si dicen tu nombre las auxiliares. Cuando reparten los resultados notas como la seriedad salpica algunos rostros que no han escuchado sus nombres. La preocupación a algunas les traza cierta rigidez en las comisuras de los labios, como si se cerrasen el ‘quicio’ de la sonrisa a cal y canto. De todas formas, que tarden más no significa necesariamente que el diagnóstico vaya a ser negativo, puede que haya que repetir la mamografía por motivos técnicos, o que se esté valorando una segunda opinión, o que sencillamente tu expediente se ha sido visto más tarde por cualquier otro motivo aleatorio. O no…

    “Fulanita, pasa a la consulta”. Y Fulanita se levanta, se agarra bien al bolso para no caer, y entra en la consulta arropada por nuestras miradas. Es al cerrarse la puerta cuando se encuentran los ojos de las que quedamos fuera, calladas, si acaso con un gesto suspirado. No hace falta poner letra a esa canción, nos la sabemos, y se tararean mejor en silencio. Es justo ahí cuando esa energía femenina fascinante y poderosa de la que hablaba, se puede casi acariciar. Y reconforta, la verdad... Podrías ser tú la de la consulta. Ahora que estoy acabando me doy cuenta de que las palabras ‘recortes’, ‘privatizaciones’ y ‘retrasos’ van a juntarse un viernes más. Me preocuparía si llegasen a lugares como la Calle de la Estrella... Les ha pasado a casi 30.000 madrileñas, que no han podido acudir a las revisiones en sus Unidad de Diagnóstico Precoz de cáncer de mama cuando les tocaba.“Si los intervalos entre mamografías se alargan, el programa puede dejar de ser eficiente”, dicen desde la Sociedad Española de Oncología Médica al respecto... Se celebra el Día Internacional del Cáncer de Mama, una enfermedad que puede curarse al cien por cien o convertirse en crónica si se detecta a tiempo. Muchísima fuerza y ánimo a todas ;-) 

     
     

     

     

     

     

     

    12 responses to “La Calle de la Estrella

    1. En mi último "espachurre" vi las estrellas esa que dices y unas pocas más. Como muy bien relatas la situación, la espera, las caras, la preocupación, el resultado… se convierten en una espada de Damocles a la que te tienes que acostumbrar por tu bien. El diagnóstico precoz salva vidas, recortar en esto es un asesinato con premeditación y alevosía.
      Mi fuerza, mi ánimo, mi lucha para todas las que tienen que enfrentarse a diario a esta batalla. Desgraciadamente casi todo el mundo tenemos casos cercanos( si no propios), pero sabemos que se puede vencer.
      Añadir más miedo, más incertidumbre a un hecho de por sí grave es, además de cruel, insoportable.
      Gracias Fani. Un abrazo.

    2. Me duele lo vuestro y pensar en lo nuestro. Luchemos por que todo avance para que no haya más espachurramientos. Gracias por tu dedicación y tu lucha individual, que por lo que veo se convierte fácilmente en colectiva.

    3. Yo nunca he ido a la Calle de la Estrella, mi espachurre se producía en la Fe, ese hospital de referencia en otro tiempo que ahora ha pasado a denominarse la "antigua Fe" (qué ironía de nombre..) Y digo se producía porque ya no ocurre. Quizá a la Calle de la Estrella el hachazo no ha llegado pero a la "antigua Fe" (qué sarcasmo..) sí. Hace un año que mi hermana debía haber recibido su carta con la cita y no llegó y hace meses que espero mi carta con mi cita y no llega. Aquí también ha llegado la guillotina. La "antigua Fe" (qué lástima, ya no esperamos nada..) ya no cita a las señoras para que nos espachurren los pechos con la esperanza de no encontrar ningún bulto sospechoso. La "antigua Fe" deja en manos del "señor" más bien de las señoras y su habilidad palpatoria, las tetas de las valencianas. Allá nos las compongamos si un buen día te descubres un garbanzo. Menos mal que nunca he tenido Fe.

    4. Aunque no creo que sea necesario que me espachurren los Ferrero Rocher, estoy de acuerdo completamente contigo Fani.

      Una vez un político le respondió a Aznar que no necesitaba preocuparse de la educación de sus hijos si estaban degradando el sistema educativo. Él a los suyos los llevaba a un colegio de pago.

      Quizás si las Esperanzas tuvieran que acudir forzosamente a los servicios públicos, recordarían lo traumático, borreguil y precario que tenemos que vivir el resto de ciudadanos situaciones como esta.

      Hay una teta que una vez guió a un pueblo, pero quizás hoy necesitemos de nuevo un Delacroix que nos guíe, o mejor aún… ¡Una delacroix!

      Gracias por hacernos pensar Fani.

    5. A mi a veces las palabras se me "disparan", pues hace tiempo que abandoné este mundo de espejismos…cuando voy al médico o la médico (ahora el síndrome de Jack el Destripador lo padecen por igual ambos géneros) y me piden una "analítica", y me preguntan con un susurro de complicidad, si quiero que añadan a la petición un PSA, con la indignación contenida les digo un "no , gracias"…No hay ninguna evidencia ni científica, ni racional ni de ninguna otra clase que haya demostrado el "beneficio" ni preventivo ni en aras de una estrategia curativa a medio, largo plazo de, por ejemplo, estas dos pruebas, ya casi rutinarias, el PSA (para los hombres) y la Mamografía (para las mujeres). Por el contrario hay indicios racionales de la letalidad y morbilidad de sus falsos positivos (por sus repercusiones psico-físicas). Convendría echarles un vistazo a los "heterodoxos" de la medicina (no me atrevo ni a pronunciar sus nombres so pena de linchamiento), lo de Wikileads, en comparación, es un juego de niños.
      Un magnífico artículo en su forma Fani, pero respecto a su contenido no puedo suscribirlo. La hipnosis colectiva en la que vivimos respecto a los dogmas médicos y biológicos que pretenden salvarnos de lo inevitable, a saber, una muerte digna y honorable, a cambio de una "vida" humillante y sin conciencia, pactada con y vendida a los "perros de la enfermedad" (los hijos de los perros de guerra) siempre me provoca estas salidas de tono, será que no me gusta que me espachurren ni las tetas que no tengo, ni los "valores" de la entrepierna , el cerebro, el corazón y el alma. Es una cuestión de maldito dinero para "ellos" y de dignidad y conciencia para algunos de nosotros, los que preferimos morir como seres humanos a vivir arrastrados como gusanos por la promesa de una "larga" vida llena de prótesis y embustes. No quiero que me chafen los testículos, acaso que me los corten…junto con la lengua, mejor castrado que burro.
      Soy un gran admirador de Fani y de su blog, pero hoy me toca de tocapelotas, o "sana" disidencia, dependiendo de la sensibilidad del lector. No quiero herir la "sensibilidad" de nadie, pero reconozco que siempre tuve debilidad por los cirujanos a quienes les gusta abrir el alma en canal, la mía se fue por el desagüe de la fregadera tras mi paso por la facultad de medicina, un master en gestión sanitaria y la muerte "rabiando" de los allegados que confiaron en las teorías de los oncólogos que nunca han sufrido un cáncer, por no hablar de muchos "otros" que fueron mis pacientes…"Hay arbolitos que mueren con los bracitos abiertos, como el pobre campesino que se muere en silencio".
      Javier

    6. Cuando me hice la primera y se hizo 'el espachurramiento' pensé que la máquina se les había roto justo en ese momento. No concebía que la prueba consistiese en eso, en aplastarte el pecho hasta dejarlo de ¿2 centímetros? Buff. La verdad es que es un trago… Y la radiación que te meten tampoco mola nada… Raquel

    7. No se podía explicar mejor!!!! Yo también utilizo el simil "espachurramiento escrotal" cuando mis amigos me preguntan por las mamografías…. y el espachurramiento absoluto llega cuando te hacen una mamografía con el pecho recién operadito!!! Una experiencia alucinante!!!
      Como afectada y en lucha activa desde hace ya un tiempo, muchas gracias por esta entrada y VIVA EL ROSA!!!

    8. Entiendo lo que quiere decir Javier, pero creo que hay mucho enfermo que ha pasado por manos de un oncólogo que viven y lo hacen con calidad de vida y dignidad, lo cruel de verdad es cuando de un ser querido te dicen, no vale la pena hacer nada, solo medidas paliativas y te quedas pensando… ¿Ha dicho que no vale la pena hacer nada para intentar salvarle la vida (a mi hermana) en este caso? Pues si, lo dijo. Se clavaron mil puñales ahí donde más duele, que no se lo que es ni como se llama, pero como duele!!! Se pueden aprovechar los conocimientos médicos de alguien y vivir con dignidad y tan importante como vivir con diginidad, es, sin duda, morir con dignidad y eso significa que pudiéramos elegir cuando queremos o no que nos traten, cuando queremos o no luchar por seguir vivos y tener la información de en que condiciones vamos a hacerlo.

    9. Magnífico retrato de otra de las duras realidades por las que las mujeres pasamos. Visualización perfecta del 'trago' en cada una de las visitas de control. A mí me tocó, una de las veces, el someterme a un segundo espachurre, tembleque de rodillas y mirada de horror de aquellas otras mujeres que esperaban, sentadas, su noticia. Después, informe personal de la médico: "Tranquila, no pasa nada. Las primeras imágenes no se veían nítidas y ante la duda ha habido que repetir". Uff, casi desmoronada tras la tensión pasada… y a la espera del próximo aviso de revisión.
      Pero la verdad es que en estas visitas suelo ser más espectadora que paciente. El haber sufrido con mi niño un tumor cerebral que se le presentó a los tres años, el 'vivir su muerte' tras ser desahuciado por los médicos (que, por suerte, erraron en su pronóstico) me ha dado una pátina de serenidad ante los acontecimientos que puedan acontecer especialmente a mi persona, y acudo a estas revisiones por inercia y por el convencimiento -no sé si exacto, por lo que Javier comenta- de procurar la salud propia para estar ahí si me necesitan más que por mí misma.
      Enhorabuena una vez más, Fani. Besos.

    10. Tal como lo cuentas es, la primera vez que fui a la calle de la Estrella me detectaron un quiste liquido, cuando me lo extrajeron dijeron que era de color claro, tenia 39 años, el motivo por el que acudí al centro fue porque a mi madre la habían operado de un cancer de pecho que ella misma se detecto, volví a las revisiones que fueron indicándome, a los 48 años me note un bulto que también resulto ser liquido ; a los 60 me volví a notar otro que resulto ser tumor y maligno, ya podéis figuraros todo lo que vino después, hacia un año que me habían hecho la mamografia en la que no detectaron nada extraño.
      de esto ya han pasado ocho años y aquí sigo dando las gracias a Dios y a todos los que me atendieron en tan penoso trance.

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