En el artesanal proceso de fabricación del cencerro hay un
momento fundamental ya casi en la última fase: el afinado. Sí, los cencerros se
afinan. Yo tampoco lo sabía. Al igual que ignoraba que los cencerros se cuecen
al horno envueltos en barro y paja para que tengan sonido. Me he enterado curioseando
en la Web de la UNESCO el listado de todas las propuestas que optan a ser Patrimonio
Cultural e Inmaterial de la Humanidad en 2015. Qué se salvaguarda este año y
qué no, lo decide estos días el Comité Intergubernamental de la Convención del
Patrimonio Inmaterial en la ciudad de Windhoek, Namibia, en la reunión que
termina hoy viernes. Vivía totalmente al margen de que la fabricación de
cencerros de Portugal precisara de ‘medidas urgentes de salvaguardia’ y que por
eso necesitaba aparecer en el listado... Por lo visto quedan poquísimos artesanos
y la actividad puede extinguirse si no hay relevo generacional. “El cencerro
portugués es un instrumento de percusión idiófono.
Utilizado desde tiempos inmemoriales por los pastores para localizar y vigilar
sus rebaños, el cencerro crea un paisaje sonoro inconfundible en las zonas
rurales... Esta actividad ancestral resulta cada vez menos viable y se encamina
a su desaparición debido a los nuevos métodos de apacentamiento del ganado, a
la producción de cencerros con técnicas industriales más baratas y a la
disminución del número de artesanos que se dedican a fabricarlos”. Idiófono es una palabra que desconocía hasta
hoy, pero que ya me ha proporcionado un prometedor corpus de palabros como matraca, carraca y charrasco que seguro trufará futuros Fémures.
Loca me he quedado también cuando he visto que, entre las
cinco incorporaciones que requieren medidas urgentes de salvaguardia, figuraba el
ritual para amansar a las camellas de los pastores mongoles. Un procedimiento fascinante
para ayudarlas a aceptar mejor a sus crías o a las crías huérfanas, que
rechazan de manera agresiva a veces. Atan a la camella cerca de la cría, el
amansador se coloca cerca del oído y entona una melodía que suele acompañar de
flauta o violín. El sonido de su voz lo ilustran con amplios gestos de las
manos, como amansando también el aire que hay alrededor mientras acarician a la
camella. Es una práctica cultural que hace de link entre una generación y otra en las comunidades nómadas y que
los mayores transmiten a los más jóvenes. Aunque existen amansadores
profesionales, casi todas las mujeres mongolas saben amansar camellas y resulta
extraordinario escucharlas entonar la melodía y ver cómo se va tranquilizando el
animal, que acaba llorando, señal de que ya ha ahijado a la cría. Al igual que
en la fabricación del cencerro de Portugal, “su continuidad se ve amenazada por
la emigración del campo a la ciudad y la intensificación del uso de medios de
transporte modernos”. Antes de figurar en el listado de la UNESCO, este ritual
lo muestra el bellísimo documental: “La historia del camello que llora”, que optó al Oscar en 2005 y que puedes ver
aquí: Clic-clic.
Hay tres propuestas más en ese listado de medidas urgentes
de salvaguardia que quiero investigar detalladamente: El glasoechko, o canto
masculino a dos voces del Bajo Polog, de la ex República Yugoslava de
Macedonia, la tradición oral de Koogere en las comunidades de basongora, banyabidi y batooro de Uganda, y el vallenato, la música
tradicional de la región del Magdalena Grande, en Colombia. Cuando
termine, me empaparé bien del aitys
de Kazajistán, del majis de Omán, de la
artesanía de mármol tiniota de Grecia, la epopeya de Görogly, el café árabe
como símbolo de generosidad, las Fiestas del Fuego del solsticio de verano en
los Pirineos o la artesanía del cobre de Lahij, en Azerbaiyan... Hasta
completar la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad para 2015 con sus
respectivos videos en tres idiomas, que veré sin pestañear. Y luego ya, si
acaso, revisaré las listas de los años 2014, 13, 12... A ver si me empano del todo y consigo que se me
olvide el título de este post aunque sea un rato.
© Yu. Boldbaatar, 2013 |
@olierua dice:
Buen artículo sobre la elaboración de los cencerros y el método para amansar camellas y con todo ello olvidarse del título. Esto último lo encuentro mas difícil.
Saludos.
Jajaj que bueno!!!!
Lo siento Fany, no puedo olvidar el título y, lo que es peor, temo que sea así.
Salvando este hecho, me encanta. Quizá tengamos que recurrir a algún tipo de exílio como el que propones si la cocina del CIS acierta.
Enganxadissim als camells… els del docu!