Cómo sobrevivir al 8M en dos verbos

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    1. Sacudir

      Abres bien la ventana o la puerta de la calle, a elegir. Coges el Ocho de Marzo por las esquinas como quien coge una alfombra llena de polvo, migas resecas, cacahuetes chafados, cáscaras de pipas malmordidas y cualquier otro elemento pegajosos y/o de aspecto raruno que parasite la alfombra. De arriba hacia abajo, con resolución, energía, y contundencia, sacudes, chacarrac-chacarrac, chacarrac-chacarrac, unas cuantas veces arriba y abajo. Estate atenta al zumbido que hace el textil contra el aire cuando lo corta, que da mucho gustito y ayuda a canalizar las malas energías. Sacude, sacude, y sacude, hasta que caigan todas las frases oportunistas escuchadas el 8M. Del tipo: “Hoy la tasa de actividad ha subido en 20 puntos, nunca ha habido un 8 de marzo con tantas mujeres trabajando”, o “Entre 2007-2001, aportamos al paro 7/10 mujeres en #UE; hoy, la mitad de las que lo dejan atrás lo hacen en España”. O las consabidas condescendendencias sobre cuánto merecemos ocupar puestos relevantes en las empresas, pronunciadas por quienes llevan las riendas de éstas desde la cuna y no piensan soltarlas, que se les atraganta la frase en la glotis cuando la articulan. No vuelvas a meter la alfombra hasta que no la veas libre de promesas vacías, limpia de condescendencias patriarcales, y de buenas intenciones deldía que, como su propio nombre indica, caducan a las 00:01 del 9M. Sabemos que el 8M es una superficie extremadamente apetecible para el Homo Ácaro Trepador, por eso recomiendo sacudir con energía y fuerza. (Nota Mental 1: Escribir a La Naturaleza para comunicarle la nueva especie: Homo Ácaro Trepador. Nota Mental 2: Editar entrada en la Wikipedia sobre el Homo Ácaro Trepador. Nota Mental 3: Hacer un Fémur sobre el Homo Ácaro Trepador del 8M. Nota Mental 4: Dejar de fliparlo ya con el Homo Ácaro Trepador y acabar este Fémur, que la gente tiene una vida.)

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    Brindar

    Hace tiempo que vengo aplicando una máxima: cuanto peor haya sido el día, mejor me merezco terminarlo. Es una cuestión de principios. Bueno, de finales, en este caso. Este 8M terminó con las terroríficas imágenes de una menor apaleada por su novio en plena calle. Una chica joven, que no denunció al agresor porque "ella había consentido esa agresión", según manifestó a la policía. Previo a estos dramáticos hechos, habíamos conocido los datos del CIS de febrero de 2017, mostrando las preocupaciones principales de la población. Aún no me he recuperado del impacto que me causó comprobar que el 0,0 % de la población considera la violencia de género como un problema prioritario. Un día así, con realidades tan lacerantes, hacen que te replantees si todos los kilómetros andados en las manifestaciones, y en tu día a día, no serán al final para andar en círculos y no llegar a ningún lugar... ¿Qué 8 de marzo de la mujer trabajadora estamos reivindicando, si todavía tenemos que estar luchando por nuestra integridad física?... ¿Cuántas mujeres más van ser asesinadas para que todo el mundo priorice la violencia de género como un problema que irradia desigualdad a todo lo demás?... ¿Qué otra comisión van a montar para que creamos que se toman en serio lo que nos pasa a las mujeres?... Un día como el pasado 8M no puedo cerrarlo en falso como una herida mal taponada. Me niego a irme a dormir con la impotencia como edredón. No me lo merezco. No nos lo merecemos. Hay demasiadas personas que conozco dejándose el alma cada día para que las cosas cambien por y para la igualdad. De ahí el segundo verbo: brindar. Brindar con una copa globo en la mano, llena del mejor vino, y alzarla por todas las mujeres que llenaron las calles y por los hombres que nos acompañaron. Y #PorEllas, por las que ya no pueden salir a reivindicar ni a celebrar nada, pero que nos han dejado a sus hijas e hijos, a quienes no podemos fallar. Pienso seguir brindando cada noche, por muy áspera que se ponga la realidad: cuanto peor, más fino será el cristal de mi copa. Porque nos merecemos, por lo menos, blindarnos la esperanza.

     

    * Gracias a Miguel Lorenzo por ceder estas dos imágenes para El Fémur de Eva. Es un lujo poder compartir el trabajo de este gran fotoperiodista en el post de hoy.

     

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