“So, girls in Nigeria are my sisters”, Malala Yousafzai
En octubre de 1996 hombres armados del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) asaltaron el colegio St. Mary's de Aboke, de Apac, Uganda. Se llevaron cautivas a 139 chicas de entre 13 y 16 años. La hermana Rachele Fassera, directora del colegio, fue al encuentro de los rebeldes y consiguió la liberación de 109 de las chicas secuestradas. En su relato en 1997 al programa 60 minutos de la cadena CBS, apenas podía contener el llanto cuando intentaba explicar a Christian Amanpour el dolor inimaginable de las chicas que no pudo rescatar: “Con un palo escribió en el suelo la cifra de 139, y me dijo que se quedaba con 30... Me arrodillé frente de él y le dije, por favor, devuélveme a todas las chicas… Y él dijo que no… No pude hacer nada por ellas”. De las 30 chicas que permanecieron secuestradas, cinco murieron en esclavitud, dos continúan perdidas y el resto se encuentran en libertad. La historia la ha devuelto a la actualidad la periodista Susan Minot en su libro Thirty Girls, publicado el pasado marzo y que, a través de ‘una ficción conmovedora’, cuenta la historia de las chicas secuestradas (aquí un testimonio real). Joseph Kony, el fundador del LRA quería instaurar un régimen “basado en los Diez Mandamientos bíblicos”, afirmaba “estar poseído por el Espíritu Santo”, y unía a su “ideología católica extrema influencias animistas y retazos de las primitivas creencias africanas”. (En este artículo de Alberto Eisman puedes leer “qué pasó con Kony”, sobre el dirigene del grupo, con el famoso vídeo viral incluido).
El pasado 14 de abril, hombres armados de la organización terrorista Boko Haram asaltaron un internado femenino en la ciudad de Chibok al nordeste de Nigeria. Secuestraron a 276 adolescentes y las llevaron a los bosques de Sambisa (53 lograron escapar). Según esta organización radical, las mujeres no pueden recibir educación de ningún tipo. Una idea que “contradice por completo las enseñanzas del Islam”, como ha afirmado el Instituto Islámico de teología de Al-Azhar en Egipto, condenando el secuestro y pidiendo la liberación de las chicas. En el video que reivindicaba el secuestro, el líder Abubakar Shekau, aseguraba que las vendería como esclavas (según la prensa local, algunas han sido vendidas en la frontera con Chad y Camerún). No es la primera vez que Boko Haram, que persigue la formación de un estado islámico basado en la Sharia, ataca estudiantes, asesinando a los chicos y secuestrado a las chicas más jóvenes. Ni que atenta contra la población en el país. Amnistía Internacional informa que 1500 personas han sido víctimas de la organización sólo en lo que va de año, la mitad de ellas civiles (esta semana perdieron la vida unas 300 personas en otro atentado). Finalmente, y al cabo de tres semanas desde el secuestro, la comunidad internacional ha reaccionado con la masiva campaña #BringBackOurGirls en las redes sociales, junto al anuncio de EEUU, Inglaterra y Francia de desplegar operativos en la zona. Pero “las posibilidades de que el Ejército pueda dar con el paradero de las centenares de niñas secuestradas son entre escasas y nulas”, apunta @guerraeterna, por lo que un desenlace positivo parece quedar lejos.
Hay un hilo que une dramáticamente estos dos párrafos y no es la religión: es el fanatismo. Ningún párrafo de la Biblia o el Corán avalan a día de hoy el secuestro, la violación, o el asesinato. Pero cuando el fanatismo se infiltra en las sociedades no hay Dios que las ampare, y cualquier demencia es posible (los talibán prohibieron hasta el canto de los pájaros). Además de este ‘hilo’ de unión, existe una cuerda que tira de ellos con fuerza hacia algo igualmente espeluznante: la trata de personas. La trata de niños y niñas es un hecho, hay ‘niñas esclavas’ vendidas en la India, en Camboya, y en lugares mucho más cerca de lo que nos gustaría saber. Cada día, en algún lugar próximo, se venden seres humanos, y lo peor es que se compran. Declaraciones como las que hizo Jimmy Carter a la periodista de la MSNBC Andrea Mitchel al afirmar que "EE.UU. es uno de los mayores culpables de la esclavitud moderna" no son como para mirar hacia otro lado. Y si se añade la lectura del Trafficking in persons 2013 Report, el nudo de la garganta puede ser eterno. Con nudos en la garganta no se soluciona mucho, ni con hashtags fácilmente fagocitados por los Trending Topics. La solución, como casi todo en este mundo tramposo y mezquino en el que los niños y niñas no pueden ir al colegio con normalidad, puede estar en manos de quien problablemente las tiene más sucias. Y eso sí que es dramático, porque todos esos niños y niñas son también nuestros.
Trata de niños y niñas (Save the children)
Diferencia entre “trata” y “tráfico”
Sin palabras. Gracias.
Comparto lo que dice Angélica. Un relato increíble. Gracias.
Me he quedado conmocionado. La especie humana no tiene límites a la hora de denigrarse, cuando pensamos que no se puede caer más bajo siempre descubrimos el más difícil todavía. Siempre existe alguien capaz de hacernos sentir vergüenza de pertenecer a la especie humana. Siento vergüenza al ver que somos capaces de hacer cualquier atrocidad, pero más aun de ver que no se hace nada real por impedirles, que està aberración va a pasar, si no lo remediamos, al olvido, al anonimato de lo que ya no sale en los informativos. No deberíamos gritar basta y exigir que los organismos internacionales actúen con algo más que con buenas palabras?
En todo conflicto armado somos tratadas como botín de guerra, mercancía. Para acabar siendo violadas, esclavizadas, sometidas, usadas como esposas y acaberemos siendo los escombros de la guerra.
Por no hablar del mensaje de terror que envían a las mujeres que con su propia formación quieren ser libres y cumplir sus sueños.
http://enelreves.blogspot.com.es/2014/05/suenos-robados.html
Enhorabuena! y saludos
No es pot dir més clar.
Els comentaris de Salva i Rosa també ho diuen tot. No cal afegir més.
Gràcies, Fani, per eixa capacitat de síntesi
M'ha agradat molt trobar aquest article, Fani, despres de tant de temps sense poder connectar-me. Estic d'acord que el fil conductor d'aquests dos segrestaments massius es el fanatisme pero des d'aci es veuen les coses d'altra manera: molta gent es reclutada en aquests clans per la seua desesperacio, perque viuen en la pobresa, etc. i, igualment, hi ha un greu problema de la coexistencia de minories religioses en determinades tribus i clans, que es el que passa a Sudan del Sud. Igualment de cada vegada mes a l'Africa hi ha una internacionalitzacio dels problemes, un problema a Somalia causa un atemptat com el d'ahir a Kenia (i del que la premsa europea no s'ha fet resso) i igualment passa amb els moviments com els que menciones, l'LRA per exemple de cada vegada actua mes a Centroafrica… en fi, en moltes coses el continet es troba bollint ara i la situacio sembla que es complica de cada vegada mes…
una abracada,