El blog “Religión en Libertad” ha filtrado datos privados sobre las operaciones realizadas en la unidad de identidad de género de un hospital público de Madrid a un grupo de transexuales. He visitado el blog y he visto unos contenidos inmaculadamente afines a una de las religiones oficiales del estado (la católica) pero no he podido localizar el post. “Actualmente no existe ningún artículo con este número. Por favor vuelva a la página anterior y seleccione otra noticia”, aparece cuando hago clic en el enlace...  Esta gravísima filtración vulnera la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal, pero lo que más me ha transformado el hígado en paté ha sido leer en los entrecomillados de la noticia que Manuel Morillo (autor del post) no es partidario de que esas personas ocupen habitaciones individuales en el hospital para “preservar su intimidad” mientras haya listas de espera para prevenir o sanar las enfermedades de “las personas normales”.  Es esa definición perversa de lo "normal" que subyace en las comillas la que me subleva, y esa inacabable soberbia de creerse mejor ser humano que otro por tener determinadas creencias (religiosas, en este caso). Únicamente desde esta prepotencia puedo entender que el autor haya tenido estómago para atentar contra el honor y la intimidad de 22 personas, a las que no conoce de nada y que ningún mal le han hecho, y cuyas vidas van a ser un poco más complicadas gracias a él. Me gustaría pensar que en la Biblia no hay ningún pasaje que avale su actuación.  Por si quieres leer la noticia original de El País Por si quieres visitar el blog de Manuel Morillo Po rsi quieres escuchar algo delicioso