Enhorabuena, ha sido un libro

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    “Quiero que sepas también que nunca he escrito nada que no me hubiese gustado leer a mi misma, y que el único límite al comienzo de cada línea ha sido el respeto por tu inteligencia. Pero, sobre todo, hoy quiero que sepas que, si no me encuentras a partir de ahora no es porque algo de esto haya cambiado. Es porque quiero llevar a cabo un proyecto profesional que me exigirá toda la atención durante un tiempo y que no me dejará escribir como hasta ahora en mis ratos libres. Mi deseo es que sólo sea un ‘hasta luego’ y no una despedida, pero no te lo puedo asegurar. Y como soy un poco torpe despidiéndome de lo que quiero tanto, déjame que escriba un “GRACIAS” así de grande y que ¡¡¡¡ponga fin a esta agonía!!!!, como diría Wyoming.”
    Así acababa el Elogio del Fémur, el último post que escribí en junio. Recuerdo perfectamente la sensación de faltar al compromiso adquirido con los lectores en enero de 2012, y que no había dejado de cumplir ningún viernes. Me acuerdo sobre todo del esfuerzo para seleccionar cada palabra de ese texto: quería que las elegidas explicasen lo justo, y que no impregnasen al lector de desaliento, desencanto o fracaso por narrar ese punto y final. Tengo también la imagen ante mi de una mesa de quirófano con muchas palabras extendidas, como material quirúrgico esperando ser utilizado. Necesitaba palabras no invasivas. El lector tiene lo suyo y lo mínimo que puedes hacer es aliviarle la mochila al dirigirte a él, no llenársela de parrafadas cargantes. “Un proyecto profesional” fue la frase amable de: “me he quedado en el paro, tengo que buscarme la vida, necesito estudiar, reciclarme, emprender….”. Palabras que, por otra parte, demasiadas personas en ese momento podrían haber escrito igual o mejor que yo. Antes ya me había grapado el hígado para no viscosear hiel entre líneas al ver la etiqueta #Parad@DeLargaDuración que los del tramo 40-a-50 llevamos alicatada en la frente. Con todo, me salió un post tristón, la verdad, por eso intenté dejar entreabierta una ranura por la que entrase algo de luz y escribir al final: “¿Algún editor en la sala interesado en publicar?…”.
    “Enhorabuena, ha sido un libro”, fue la segunda frase más feliz que conocí tras aquella en junio de: “Queremos publicar El Fémur de Eva en papel”. Entre ambas hay tres meses apasionantes de trabajo para convertir un blog de Internet en un libro de casi 100 textos divididos en cinco bloques temáticos, más un sexto con contenido inédito. Un trabajo en el que me han acompañado los lectores, a quienes he incluido en cada página, y en los que pensábamos cada vez que se tomaba una decisión. “Que sea un libro que quepa en los bolsos, que tenga buen tacto, que no sea caro, que esté bien maquetado, que tenga una portada original, y que mantenga el espíritu femuriano…”. No puedo estar más contenta con el resultado. Si hubiese escrito una carta a los Reyes Magos, no hubiese salido mejor. Hasta las músicas que acompañaban al blog cada semana se han hecho realidad gracias Los Sonidos del Planeta Azul. Paco Valiente estuvo buscando los mejores temas este verano para arropar con #LaVueltaAlFémurEn80Músicas los textos en el papel. Lo mejor que le puede pasar a un libro es ser leído, y previo a su lectura, ser tratado con respeto, cariño y consideración. Así ha sido todo el proceso de El Fémur de Eva con la editorial CientoCuarenta, que lo ha mimado desde el primer momento. Y se nota.
    Es, y lo digo con cierto orgullo, un libro muy tuitero. La portada única de Jordi Costa Plazas. El prólogo generosísimo de Rosa María Artal. El epílogo mágico de Angélica Pérez Paredes. Y todos los impagables tuits de los lectores que he podido incluir, y que introducen cada texto. No me canso de dar las gracias. Han sido los lectores con su fidelidad, complicidad y apoyo permanente quienes han hecho posible este libro. “Dice el físico y matemático Roger Penrose que el universo no está hecho de átomos, sino de historias. ¿Y si la tuya fuese una de las que lo conforman y hay otras personas buscando sentido a la suya gracias a ti?”. Tomo prestado este otro final del Elogio del contorno con la esperanza de abrir una nueva rendija antes de terminar, una por la que se cuele más luz… En este caso, esa luz no sería otra que la ilusión de ver si El Fémur de Eva se convierte en una historia más de las que conforman ese universo maravilloso donde van los lectores a buscar qué leer.
    "Breakfast at Soriano's"

    6 responses to “Enhorabuena, ha sido un libro

    1. Fani me está encantando tu libro El fémur de Eva . Voy por Elogio de la soledad. Me gustaría poner en mi página , dada la fecha que estamos ,el capítulo de tu libro El polvo de tu ex….siempre que me des permiso. Por supuesto daría tu nombre y el del libro. Quizá te parezca un atrevimiento , pero es que me he reído mucho con él y deseo que los demás también pasen un buen rato. Espero tu Si o No.

      1. Hola, Rosario, muchísimas gracias, me alegra un montón que te haya gustado… Y si encima te ha hecho reír. La Editorial Cientocuarenta tiene los derechos sobre el contenido del libro El Fémur de Eva, y en principio no se puede "cortar" y "pegar" los contenidos. Si quieres añadirlo a tu página, puedes hacerlo con un link al blog, pero no copiando el texto íntegro. Un beso 😉

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