Troikatitis

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  • Después de la piscina me apliqué una muestra de crema anticelulítica que no me acuerdo de dónde era pero que ponía: 'reductora'; una palabra especialmente prometedora para según qué zonas. Me unté las jambas religiosamente con el consabido masaje circular incluido que hay que hacer para que penetre bien el producto y que, francamente, después de los largos que me había metido entre los bíceps, no era lo que más me apetecía. Una vez distribuida la crema, me vestí y, al meter la pierna izquierda en el chándal, casi me da un jamacuco al verme la rodilla izquierda como si me la hubiesen pintado de rojo. A continuación, se me puso toda la piel de gallina y así, de repente y sin venir a cuento, noté mucho frío de abajo hacía arriba en un vestuario dónde habría más de treinta grados en ese momento. En un trallazo de supervivencia extraje la muestra anticelulítica del fondo de la bolsa, la cogí y leí unas letritas que decían que “sentir sensación de frío/calor, picor o enrojecimiento es síntoma de actividad” y que “tales manifestaciones deben desaparecer alrededor de 30 minutos después de la aplicación”. Recogí todo tiritando, salí a la calle anhelando el bofetón de aire caliente valenciano de las doce treinta y subí al coche maldiciendo las dos vueltas a la manzana para aparcar a la sombra. En ese momento hubiese matado por tener un coche al sol, calentito, de esos que abres la puerta y te deja seca de la onda expansiva... ¡Zumb!...
    Arranqué el motor y enfilé por el camino de la huerta... ¿Tú podías conducir?... Yo, tampoco. A los tres minutos paré al lado de unos naranjos y abrí la puerta para lagartijear al sol como si me fuese la vida en ello. Un helor por las manos y piernas... Toda la superficie que había estado en contacto con la p... cremita seguía fría al tacto. ¿Y la rodilla?... Tomate aún. Me templé uno poco y volví a arrancar... Ei, si hubiese tenido cremalleras a ambos lados de las piernas, me hubiesen reventado del sofocón que sufrí ya en casa por el ‘efecto calor’. Menos mal que para entonces mi organismo ya había activado el mecanismo irónico de defensa y acabé riéndome de mí misma. ¿Y esto, exactamente, para qué lo haces, bonica?, me pregunté. “Porque tengo mala circulación y retengo líquidos”, respondí con un hilito de pensamiento y la mirada clavada en las puntas de las chanclas. “¿Y no es suficiente hacer pilates, andar, nadar, no guarrear con la comida, no llevar tacón de aguja, beber más agua que un pato de la Albufera y poner las piernas en alto en cualquier repecho?”. “Se ve que no”, me respondí. Y note un silencio (valorativo, creo). “Pues, yo, esto no lo necesito para vivir”, concluí enérgica y en voz alta, toda digna y flamenca como me pongo cuando me pillo en un ‘patético’. Y fui a postrarme ante San Google como penitencia. Clic-clic. Celulitis. Clic-clic. 12.600.000 resultados en 0,21 segundos.
    Me resulta fascinante la habilidad con la que han convertido la distribución normal de las grasas en los cuerpos de las mujeres en una suculenta industria cosmética. Y todo por vender un producto que no hace falta si no es por motivos ‘ornamentales’. La celulitis es un invento formidable; de hecho ni siquiera existe como tal. La verdadera celulitis es una inflamación de la piel tratada desde la medicina. Esto que han llamado ‘celulitis’ desde la estética, es un negocio redondo: mientras existan mujeres, existirá la celulitis, da igual la edad o los kilos que pesen. ¡Es perfecto!... Y cruel, y cínico, y engañoso, y artificial, y manipulador, y en lo último que piensan es en el bienestar femenino. Lo único que hacen es seguir fabricando soluciones para algo que no existe. Las mujeres tenemos las grasas distribuidas así o asá por nuestros cuerpos. ¿Y?... ¿Por qué no nos dejan en paz y se ocupan de problemas de verdad?... ¿Por qué no ponen la atención en la distribución de los fondos públicos de los países de la zona euro, por ejemplo?... Si la Troika dedicase tantas horas de investigación, estudios de mercado, análisis, y técnicas de control de la distribución de los fondos públicos, los griegos no se hubiesen quedado sin su televisión pública esta semana. ¿Para qué problema es solución este cierre exactamente?... Seguramente para ninguno. Lo que decía, es fascinante la capacidad de hacer negocio con problemas que no lo son.

    23 responses to “Troikatitis

    1. M'encanta la capacitat d'extrapolació. Per acabar concluint q, en esta vida, tot és pur negoci, fer-nos necessitar coses q no són realment necessàries.
      Per acabar dominant-nos, siga estètica, econòmica o mentalment.
      BRAVO, MUCHACHA

    2. Una setmana més la meua. Enhorabona. M"agrada les interaccions I com connected riverside tends. És un text explication, senzill I divertit. Que acabes d passar un bon cap d setmana, musket. Sóc costerenc 🙂

    3. Hoy, en una eco de embarazo, el simpatico del medico me ha dicho que no se transmitia bien la señal xq tenia "mucha barriga" (en el informe, nosequé adiposo en exceso). Osea, que ahora explicale al medico q la distribucion de grasa es estetica. Por cierto, estoy en mi IMC, no tengo sobrepeso. Tremendo disgusto.

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