“Me da más miedo un inútil que un corrupto”, Ferran
Torrent.
“Sr., Ministro del
Interior, se le condena a cuatro años, catorce padrenuestros y dos avemarías”,
anunciaría el juez al final del juicio. “¿Yo, por qué, si no he hecho nada?”,
contestaría arrodillado en el estrado Fernández Díaz, juntando las manos en
oración desde los codos hasta los dedos ensortijados con el rosario. “Por eso
mismo, por inútil, porque no hacer nada es ETA. Y dé gracias que no le haya
imputado también por organización de agenda ministerial en función a los
horarios de misa en el Gobierno de un país aconfesional”. (Sonido ambiente) “A ver,
el siguiente... Sr. Gallardón, acérquese Vd., al estrado. Por aquí, por
aquííííí (como a Gallardón las cejas le impiden ver la realidad, se le
indicaría el camino). “Dígame ustez, su Señoría, de qué se me acusa por el
presente auto”, inquiriría ya ubicado, haciendo uso de todo el engolamiento en
su haber. “De ser un inútil”, le respondería el juez. “¿Inútil sólo?”,
preguntaría Alberto levantándose las cejas con los dedos pulgar e índice, y con
el meñique hacía arriba, como quien sujeta el asa de porcelana fina de una
tacita de café. “Sólo”, contestaría
tajante el Juez. “Debe tratarse de un error, su Señoría”, insistiría Gallardón
engolado, ya nivel Nicolai Ghiaurov en Carmen.
(Resoplido del juez con volutas de humo por las fosas nasales). “Que se me
impute sólo por inútil es violencia estructural, su Señoría, exijo se me impute
por inútil progresista”, exigiría Gallardón. “Desestimado, se le imputa por
inútil y por inútil queda imputado pendiente de juicio. Y sanseacabó, que me
queda medio Gobierno por delante”, zanjaría el juez.
“Ola k ase, señor jué”....
“Sr., Wert, no se haga el tertuliano dicharachero, que no está Vd., en antena”, le
espetaría a la primera intentona de José Ignacio por hacerse el majete en el
estrado. “Sr., Wert, se le acusa de ser un perfecto inútil a la hora de mejorar el sistema
educativo”, informaría el juez. “¿Me está escuchando, Sr., Wert?, insistiría el
juez ante el silencio repentino del Ministro de Educación, cuya mirada congelada en un
punto fijo haría temer la abducción. “Un momento, Señoría, el Ministro está
españolizando a un niño del Ampurdà”, explicaría el abogado de Wert. (“Ruego se acelere mi traslado a Anticorrupción con la máxima
brevedad”, sería el WhatsApp enviado por el juez aprovechando el ínterin ministerial).
“Inútil, Sr., Wert, se le acusa de inútil”, repetiría el juez aflojándose el
nudo de la corbata. “Le ruego a su Señoría se dirija a mí en catalán”,
demandaría Wert al juez con prepotencia. “¿Con qué objeto?”, preguntaría el
juez haciendo acopio de aire y mirando de reojo el WhatsApp. “Debo
españolizarlo, Señoría”. (“Que le corten la cabeza”, escribiría el juez en una
esquinita del sumario tachándolo a renglón seguido). “Sr., Wert, queda Vd.,
condenado por inútil con la máxima pena: el diálogo.”, sentenciaría el juez de
un martillazo. “Soy un tori-i-toooo, un torito bra-a-voooo”, cantaría Wert
mientras su abogado se comería la toga en el banquillo.
“¿Cuántos quedan?”,
preguntaría el juez a un ordenanza. “Quedo yo, Sheñoría”, se escucharía una
vocecilla al otro lado de la puerta. “¿Mariano?”, no era pregunta sino
incredulidad lo que expresaría Su Señoría apuntándose la sien con el índice y
ladeando la cabeza por el figurado impacto. “Noooo, no shoy Mariano, shoy Luish
de Guindosh, y eshtoy imputado por inútil”, se escucharía tras la puerta. (Encogimiento
de hombros del ordenanza y cara de ‘este-marrón-me-lo como-yo-for-the-glory-of-my-mother’). “Ordenanza, haga el favor de explicarle
por última vez al Presidente del Gobierno que la Sala de lo Reinútil está en el
otro edificio, donde estuvo su amigo Paco”. Y así lo haría el ordenanza. Y entonces el juez haría un receso antes de la entrada en la Sala de Fátima Báñez. Todo, claro, sin quitarle ojo al
WhatsApp.
Yo, en serio que cada día que pasa entiendo menos a esta gente, y mira que intento encontrales el hilo porque no soy de los que pasa de comprender las circnstáncias del prójimo (si es que llegados a este punto se les puede identificar como prójimo).
He llegado a pensar que son soberbios, pero es imposible porque no les llega para ser tan altivos, he llegado a creer que son un producto de una educación retrógrada, pero es que en otras épocas tenían ideas no tan antiguas… pero bueno, igual es que el barniz de la sala de tormentos en la que se reune los viernes el Consejo de Ministros es tóxico y claro, se les va esponjizando el intelecto a semanas vista.
Ya apuntaba maneras el Sr Rajoy-Plasma allá el mes de septiembre cuando nos soltó aquello de "es que estoy desbordado por la realidad" (http://enzapatillasdeandarporcasa.com/2012/09/06/desbordado-por-la-realidad/). Ese día teníamos que haber lo defenestrado desde Torre Espacio! porque claro, si el jefe es así, el resto de sus lacayos han de demostrar una ineptitud de magnitud superior para poder mantenerse en la ola.
Lo que si esà claro (y me ciño al tema, señoría) es que en pleno S.XXI no funcionan cosas como el adoctrinamiento confesional, pase que todos podamos tener algún ramalazo por las características de la cultura occidental y su tradicional cristianismo (y bla bla bla) pero de ahí a intentar instaurar el Tribunal de la Santa Inquisición con actitudes y declaraciones que espantarían al cualquiera de los dos papas Borja se pasa tres pueblos y dos villorrios… Mucho me temo que en su viaje en el tiempo, antes de llegar al Santo Oficio, queden atrapados por la Revolución Francesa y el gracioso inventillo del Dr. Guillotín.
Yo me pido echar pieles de plátano aleatoriamente para añadir emoción a los traslados. Estoy con Ferrán Torrent y contigo, cómo no. El inútil es veneno social. Y a este paso tendremos que poner sala del Requeteinútil… Bravo!
Gràcies, per fer q l'amargura de la realitat, siga un ratet, motiu d'autoburla.
Hi ha una dita q resa: cadascú té el q es mereix. Jo em pregunte tots els dies q hauré fet per a q hem caiga la cara de vergonya. EIXOS IMPRESENTABLES, LLADRES, CORRUPTES ENS REPRESENTEN I DEFENEN LA MARCA …
Genial Eva! Gracias por poner una nota de humor a este sinsentido. Yo también temo mas al inútil que al corrupto. Lo malo es cuando el inútil es también corrupto.
Sabes, querida y estimada amiga que me encanta tu forma de escribir. Y ahora te bajo la bilirrubina: Por muy piquito de oro que sea, un desalmado, es un desalmado. Lo digo por el "nobelado" de la paz, de color chocolate. Como su alma. Un abrazo.
Salud.