Gobernar pa’luego

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  • Mientras estabais todos de cañas reflexionando bajo las jacarandas el sábado pasado, esta juntaletras estaba doblando la neurona en el último módulo del curso de PNL (Programación Neurolingüística) para la comunicación. Lugar de los hechos: Escola de la Vida, un lugar maravilloso donde corres el riesgo de aprender a comunicar eficazmente, actuar en consecuencia y, lo que es ‘peor’, aprender a resolver conflictos. El módulo iba, entre otros temas, sobre negociación, una materia que me apasiona y sobre la que escribí un Fémur (clic) hablando de la necesidad de incorporar negociadores a la relación entre políticos y ciudadanos dado el excelso momento por el que atravesaban gracias a la 0-empatía del gobierno de Rajoy con nosotros. Una 0-empatía que sigue en su máximo apogeo como bien constatamos en la rueda de prensa tras las elecciones municipales y autonómicas. ¡Gensanta, lo que tiene que ser negociar con este señor!... “A ver... Nosotros tenemos cosas... ¿Qué cosas tiene Vd.?”. Y a continuación, la nada en forma de bola-arbusto cruzando la estancia... Va, vuelvo al módulo de la negociación, que se me cosifica el post.
    Moraleja uno: "Si no luchas, al menos ten la decencia de respetar a quienes sí lo hacen", José Martí.
    Esta era la situación: vosotros, de reflexcitas (reflexión+ cervecitas) y nosotros, los asistentes al curso, currándonos una pizarra de items deseables para el buen negociador. Y todos ajenos por completo a que Negociación & Pacto iban a convertirse en dos celebridades léxicas al día siguiente. En la pizarra se podía leer: honestidad, empatía, generosidad, imaginación, flexibilidad, paciencia, ética, dedicación, capacidad de diálogo, ganas de llegar a acuerdos. Junto a atributos más largos: saber renunciar al bien propio en favor del bien común, estar dispuesto a correr riesgos, mostrarse abierto a propuestas nuevas por muy desconocidas que (a)parezcan. Otras dos recomendaciones para no caer en el trapatrolismo negociador fueron: la necesidad de evitar los juegos de poder y esa otra filigrana emocional que bordamos cuando intuimos que peligra nuestro culo y que llamamos manipulación. Remache final de manual de PNL para una óptima negociación: “Si no se ajustan bien los objetivos y se encuentra una zona común, se corre el riesgo de que aparezcan las cuatro R que contaminan las relaciones: Remordimiento, Resentimiento, Recriminación y Represalia”.
    Moraleja dos: “Todo es muy difícil antes de ser sencillo”, Thomas Fuller.
    ¿Alguna vez te ha pasado que tienes una idea en la cabeza, que nunca ha salido de ahí dentro, que tampoco has explicado a nadie, y que te encuentras un día escrita?... Que haya tenido que hacer un módulo sobre la negociación desde la PNL para ver ratificada mi Teoría Sobre los Pa’luegos Mentales es algo que tardaré en olvidar. ¿Que qué es eso?... “Pa’luego Mental” viene del “Pa’luego” de toda la vida que consiste en una cantidad indeterminada de bolo alimenticio que se te queda incrustado en el espacio interdental después de un deficiente cepillado bucal. Dependiendo del tamaño del “pa’luego” puedes hacerte un tentempié o volver a merendar cuando el “pa’luego” se desprende de dicho espacio interdental, bien sea accidentalmente, o bien sea por el empuje de un palillo. En cualquier caso, la sensación siempre es la misma: Puagggg. Ahora trasladas toda esta explicación al plano de la comunicación y empieza a sacar las conclusiones de lo que pasa cuando la comunicación no es eficaz y eso te impide llegar a un acuerdo... Pues eso.
    Moraleja tres: “¿Debo rechazar mi cena porque no entiendo completamente el proceso de digestión?”, Wilfred Trotter
    Jacarandas en la Avenida Blasco Ibáñez de Valencia

    3 responses to “Gobernar pa’luego

    1. Jajajajajajaja…!!
      Increiblemente bueno, increiblemente auténtico, increiblemente divertido
      Siempre Fani me sorprende con esa su particular visión inteligentísima-irónica-veraz-siempre"al dente"- de las innumerables atrocidades de un PartidoPerdido y ya, por suerte, no hallado.

      Me encanta. Gracias, Fani.
      Besote 😉

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